Artículos

25.08.19

¿Vuelven nomás? ¿Quiénes? Hebe de Bonafini y Carlos Barragán ya se anotaron

(TN) Si los Fernández ganan en octubre, ¿vuelven la Junta de Granos y la mesa de gobernadores? ¿Vuelve la Télam camporista? Nadie sabe, ni ellos. Así que ya empezó la puja interna.
Por Marcos Novaro

(TN) Como siempre sucede, cuando el peronismo vuelve al poder, no es uno sino varios, peleando entre sí para ver quién agarra realmente la manija,quién se queda con la torta y quién acompaña hasta que le llegue su oportunidad.

No va a ser distinto esta vez, solo que el resultado de esa disputa inevitable es bastante más incierto, y lo será por bastante más tiempo. Porque el que eventualmente ocupará la Presidencia no va a ser aún "el jefe". No existe siquiera una facción interna que lleve su nombre, no va a haber plata para lubricar acuerdos y diferencias, y el poder está muy repartido entre grupos que están casi en las antípodas en casi todos los temas importantes (¿alguien se imagina cómo resultará una reunión de gobernadores donde se crucen Axel Kicillof y Juan Schiaretti?, divertida va a ser seguro, tranquila y armoniosa, seguro que no).

Alberto Fernández espera sacar algún provecho de esta situación, jugando con los demás actores políticos y sectoriales del país al policía bueno y el policía malo. Para convencerlos de que les conviene a todos ellos, o a casi todos, arreglar con él y ayudarlo, porque de otro modo tendrían que lidiar con peronistas aún peores.

Es lo que está haciendo ya desde ahora con el campo, y es bueno atender a cómo le resulta: mandó a Felipe Solá a anunciar el restablecimiento de la Junta de Granos, de ominoso recuerdo pues durante buena parte de su historia ese organismo sirvió para fijar precios máximos de los alimentos, restringir el comercio exterior y reducir en general la rentabilidad de la producción agrícola, en suma, hacer con algo más de institucionalidad y criterio lo que después hizo Guillermo Moreno a lo bestia.

La Mesa de Enlace se alarmó, obviamente, e insistió en entrevistarse cuanto antes con el candidato presidencial del Frente de Todos. Que como buen policía bueno seguramente les dirá que no tienen de qué alarmarse, aunque tampoco esperen que las retenciones bajen, o siquiera que sigan como están, si ni Mauricio Macri les cumplió su promesa al respecto, todos tenemos que hacer nuestro aporte en este tiempo de escasez y emergencia, bla, bla, bla.

Claro que no va a conseguir que en la región pampeana lo aplaudan, pero tampoco eso lo desvela. Va a tener públicos mucho más exigentes y con mayor poder de fuego que atender. Por ejemplo, los gobernadores. Que esperarán él cumpla con otra promesa de Macri que hoy luce también incumplible: terminar de devolverles el año que viene el 15% de coparticipación que la nación le siguió sacando a las provincias durante todo el kirchnerismo sin ninguna justificación, de lo que la Corte Suprema se avivó recién cuando Cristina estaba por irse.

Otro motivo por el cual volver al pasado será imposible. Y por el que ser presidente en estos tiempos de bolsillos flacos, sea quien sea el que le toque, dejó de ser un trabajo sencillo y cómodo. ¿Con qué va a amenazar a los gobernadores quien espera tener su oportunidad en el cargo a partir de diciembre? ¿Con que si no arreglan con él van a tener que hacerlo con Cristina? Puede que sea un buen argumento, aunque está visto que los jefes territoriales no suelen interesarse tanto en la calidad de los argumentos como en la salud de sus bolsillos, y lo bien que hacen, pues con argumentos no se come. Ni se cura, ni se educa, ni siquiera alcanzan para ganar elecciones.

También Fernández va a tener que esmerarse en otro frente delicado, en su afán de hacer de "equilibrar las cosas": el de la Justicia y los medios de comunicación. Él sigue repitiendo que con su llegada al poder va a terminarse "la venganza", que Macri supuestamente alentó con los juicios contra la corrupción y el desplazamiento de militantes ultra k de ámbitos como la TV Pública, Télam y demás.

La Justicia "ya no va a estar influida ni por los medios ni por la política" promete. ¿Qué significaría que esta apuesta tenga éxito? Por poner un par de ejemplos, que el juez Claudio Bonadio y el fiscal Carlos Stornelli dejen de poner tanto esmero en hacer su trabajo, o directamente se jubilen. Para lo cual el policía bueno seguramente va a tratar de convencerlos de que la alternativa sería mucho peor: que el juez Alejo Ramos Padilla siga haciendo de las suyas, el nuevo Consejo de la Magistratura le de la razón y primero Stornelli y después Bonadio sean expulsados de mala manera de sus cargos, y hasta, quién te dice, den con sus huesos en el lugar donde quisieron poner a tanto exfuncionario kirchnerista, al empresario Cristóbal López y otros varios de sus socios empresarios.

Para ilustrar el peligro que corre gente como Bonadio y Stornelli, para no hablar de los arrepentidos que colaboraron en sus investigaciones, y los periodistas que les dieron eco a sus actos, están ya en escena los fanáticos de la venganza. De la que realmente merece ese nombre. Y que tendría que preocupar a Fernández si fuera en serio un "hombre de paz", y no un faccioso más protegiendo a sus amigos de la Justicia y de la auscultación de los medios independientes. Pero pedirle al candidato del Frente de Todos que haga algo por el estilo sería demasiado. Peor todavía, sería no entender que él necesita de los "policías malos", pues si no su juego perdería todo sentido.

Claro que estos fanáticos no son como Solá, ni siquiera como los gobernadores, no piden permiso ni van a conformarse con hacer el papel que el preferido para ganar en octubre les tiene reservado. Y si siguieran ventilando durante la campaña electoral que se viene lo que pretenden hacer con el aval de los votos que consideran son tan suyos como de Alberto, hasta podrían complicar la llegada de este a la Rosada.

Ahí se lanzó Hebe de Bonafini de cabeza contra los jueces independientes, pidiendo "castigo" para quienes se atrevieron a investigar, entre otros chanchullos, sus manejos turbios en la Fundación de las Madres: "van a tener que pagar lo que nos hicieron”. Y también se apuró a dar el presente el ex6,7,8 Carlos Barragán, festejando por anticipado ante Hernán Lombardi su supuesto fracaso en "acallarlo". Pocos recuerdan que en su origen el bueno de Barragán era humorista. Pero él nos ayuda a hacer memoria con la particular sutileza de siempre.

Cómo piensa equilibrar las cosas Alberto en temas tan delicados y difíciles de negociar como la Justicia y la libertad periodística es todo un misterio. Por de pronto sería importante que dé su opinión, si es que en algo le interesa, sobre lo que está pasando en estos momentos en la Televisión Pública y en Télam, donde quienes no responden a su Frente de Todos no pueden ya trabajar en paz, les cortan las transmisiones, los desconectan de las redes, y por si todo eso fuera insuficiente, los insultan por los pasillos al grito de "ya se van", "volveremos" o directamente "volvimos". ¿Es que se habían ido a algún otro lado?

Fuente: TN (Buenos Aires, Argentina)