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24.10.13

Igual que en agosto

(7 Miradas) Lo que probablemente veamos este domingo son polarizaciones en algunos distritos, pero que no cambiarán radicalmente el panorama político descripto a grandes rasgos por las PASO (derrota del gobierno en los principales distritos, recuperación del radicalismo a nivel nacional, tibia instalación del PRO, etc.). Sí habrá que poner el ojo en los porcentajes (engañosos, ya que la base de cálculo ahora excluye a los votos en blanco), y de eso se podrán sacar muchas conclusiones políticas, pero no las que le impactarán a la sociedad.
Por Carlos Fara

(7 Miradas) Al igual que en agosto, Massa empezó con una diferencia fuerte que luego se diluyó a cerca de la mitad. Tenía una brecha de 13 puntos a favor a mediados de julio, que se cayó a 6. Ahora obtenía 16 puntos (cuando fue el ataque en La Matanza), para pasar a 8 puntos en la actualidad. Ese es el dato que poseemos del GBA en nuestra encuesta concluida este lunes pasado. Puede que el resultado final ascienda a 9 o 10 puntos dependiendo del comportamiento en el interior.

¿Por qué sucedió esto?

Dijimos en esta columna que Insaurralde empezaba a remar desde atrás de vuelta el 12 de agosto, y que la diferencia iba a ser mayor que en las PASO, pero no mucho mayor.

Se comienza a saber que Massa viene de la UCEDE y que tiene aliados que vienen de la vieja política.

Algunos creían que Massa podía tener acercamiento al gobierno en el futuro pero ahora con la mayor exposición de Insaurralde se dan cuenta que no es así.

Si bien muchos quieren un cambio y Massa podría ser el que materializa esto, por otro lado tienen miedo de perder los beneficios que lograron en este gobierno (desde planes sociales, trabajo y jubilaciones).

El hecho que Insaurralde se presente sólo y no con Cristina lo ayudó a fortalecerse en esta última etapa.

Comienza a bajar la espuma de Massa.

¿Qué significaría que finalmente Massa termine con una ventaja importante, pero no tanto como se imaginaba originalmente?

1. Siempre hay que esperar a que baje la espuma del éxito de un retador.

2. No estaría existiendo efecto ganador en el peronismo: Insaurralde conserva lo de las PASO y hasta quizá logra algo más (no hubo drenaje de voto k a +a).

3. No habría habido “efecto enfermedad” ya que la aprobación presidencial sigue en el mismo nivel que antes.

4. Tiene lógica con algo que mencionamos mucho: la sociedad le quería sacar poder al oficialismo para no dárselo a nadie.

Lo que probablemente veamos este domingo son polarizaciones en algunos distritos, pero que no cambiarán radicalmente el panorama político descripto a grandes rasgos por las PASO (derrota del gobierno en los principales distritos, recuperación del radicalismo a nivel nacional, tibia instalación del PRO, etc.).

Sí habrá que poner el ojo en los porcentajes (engañosos, ya que la base de cálculo ahora excluye a los votos en blanco), y de eso se podrán sacar muchas conclusiones políticas, pero no las que le impactarán a la sociedad.

Definida la lista de potenciales competidores, y saldada parcialmente la discusión sobre 10 años de kirchnerismo, lo que ahora se viene es el debate sobre qué debe hacerse con el país a partir del 10 de diciembre de 2015.

Fuente: 7 Miradas (Buenos Aires, Argentina)