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20.07.12

La resurrección de Chávez

(América Economía) En sus primeros 13 años de gobierno, Chávez ha conservado la popularidad con discursos anticapitalistas y políticas de pan para hoy y hambre para mañana. En las tres horas de discurso de lanzamiento de su campaña presidencial, hace unas semanas, prometió hacer irreversible el socialismo, convertir a Venezuela en una potencia regional tipo Brasil y salvar al planeta del capitalismo.
Por América Economía

(América Economía) De rostro saludable y con poderosos nuevos aliados internacionales se ha mostrado en campaña el candidato presidencial Hugo Chávez en los últimos días.

Sus recientes reuniones y conferencias de prensa conjuntas con el jefe de estado iraní, Mahmoud Ahmadinejad, y con el presidente de Belarús, Alexandre Lukashenko, fueron el aperitivo de un decidido espaldarazo público mucho más importante: el del ex presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva.

El apoyo de Lula no es un hecho menor. Como suele suceder entre países vecinos, Brasil y Venezuela han sido tradicionalmente antagonistas y tienen rencillas comerciales y territoriales. Y el propio Lula, cuando era presidente, hizo frente a Chávez en numerosas oportunidades. Que ahora se convierta en su partidario el ex presidente brasileño, quien tiene la poderosa imagen de haber traido el crecimiento económico en su país, convirtiendo a Brasil en la sexta economía del mundo... Más aún, su fama es haberlo logrado desde la izquierda política, aunque en realidad su gobierno haya sido más liberal y menos estatista que los de sus antecesores.

Chávez sin duda querría que se le pegara esa imagen de izquierdista autor de un milagro económico. Y si a eso agregamos que Lula se enfermó de cáncer y ha logrado derrotarlo al parecer definitivamente, no podría haber modelo mejor para el presidente y candidato presidencial venezolano.

Quizá porque quiere ser Lula, Chávez ha contratado a expertos brasileños en marketing electoral para manejar su campaña. El prestigioso João Santana, cerebro creativo de los triunfos presidenciales de Lula y de Dilma Rousseff en Brasil, y de Ollanta Humala en Perú, está dirigiendo ahora la campaña del presidente venezolano.

Por acción de Santana, el mensaje de Chávez ya no es de patria o muerte sino de resurrección, mientras sus asesores almuerzan con la izquierda y cenan con la derecha, al más puro estilo Lula.

El presidente venezolano tiene además el apoyo expreso o tácito de los otros presidentes latinoamericanos de izquierda y los problemas de la economía internacional irónicamente lo ayudan. La crisis europea y el frenazo de la economia estadounidense le han dado un renovado discurso a la izquierda latinoamericana, que hablan por enésima vez -y con algo de evidencia- de una crisis del capitalismo. Al margen de lo que pase en Venezuela, quizá el impacto más grave de la actual crisis europea para las economías latinoamericanas sea un descreimiento en la apertura económica, lo que ya está trayendo aires proteccionistas al comercio latinoamericano y, en definitiva, retrasará el crecimiento de la región.

Todas las encuestas de opinión pública le están dando la victoria a Chávez, pero por un margen a favor que oscila de 4 a 40 puntos porcentuales dependiendo de la empresa que hace el sondeo. Esa variación hace que las predicciones no sean muy dignas de confianza, pero el hecho de que ninguna de ellas da la victoria al candidato opositor, Henrique Capriles, marca una tendencia difícil de ignorar.

El resucitado Chávez ha recibido además un indirecto espaldarazo de Barack Obama. El presidente y candidato estadounidense sorprendió al mundo hace unos días al declarar que Venezuela no constituía un peligro para la seguridad interior de Estados Unidos.

Es posible que Obama haya dicho lo que dijo como un gesto de buena voluntad no sólo hacia Venezuela, sino también hacia Brasil, Argentina, Ecuador y Bolivia, los otros países latinoamericanos donde hay gobiernos democráticos que se autoproclaman de izquierda.

Sus palabras también pueden significar que se ha rendido a la evidencia de que Chávez realmente ha resucitado y que probablemente ganará las elecciones de octubre.

Y Obama debe haber tomado en cuenta también que, a pesar de la retórica antiimperialista de Chávez, Venezuela sigue enamorada de Estados Unidos: las importaciones venezolanas de productos y servicios norteamericanos superaron los US$5.000 millones en los primeros cuatro meses de 2012, un aumento de 44% respecto del mismo período en el año anterior.

Los gobiernos y las empresas de América Latina y el mundo deben rendirse entonces a la evidencia de que, salvo sorpresas de último minuto, el incómodo caudillo Hugo Chávez volverá a recibir el apoyo de sus ciudadanos y continuará en la presidencia de Venezuela por cinco años más.

En sus primeros 13 años de gobierno, Chávez ha conservado la popularidad con discursos anticapitalistas y políticas de pan para hoy y hambre para mañana. En las tres horas de discurso de lanzamiento de su campaña presidencial, hace unas semanas, prometió hacer irreversible el socialismo, convertir a Venezuela en una potencia regional tipo Brasil y salvar al planeta del capitalismo.

Basta de eslogans, señor Chávez. Tiene usted que ponerse serio. Con la muerte tocando a su puerta, tiene seis años de gracia -o menos- para dejar a Venezuela una herencia que no sea la pobreza o la guerra civil.

Fuente: América Econoía