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20.09.12

La discusión en Chile del presupuesto público 2013

(La Tercera) En torno al 20% del gasto público corriente se está financiando con los ingresos fiscales extraordinarios derivados del alto precio del cobre. Un deterioro de ese precio dejará a las finanzas públicas en serias dificultades.
Por Eugenio Rivera

(La Tercera) El 30 de septiembre se presentará el proyecto de presupuesto, principal herramienta de política económica que traduce los compromisos programáticos y los objetivos de política en iniciativas específicas de uso de los recursos públicos. Su discusión genera amplias y profundas polémicas, reflejando valores diferentes, diversas visiones respecto de la sociedad y del Estado, e intereses contrapuestos en relación con las fuentes y magnitudes de los ingresos y gastos públicos. El debate será más álgido, porque el 2013 elegiremos el nuevo(a) Presidente(a) de la República y porque enfrentaremos una situación más estrecha.

El trance será más difícil, pues el crecimiento esperado para el 2013 es en torno al 4%, primero, por factores asociados al deterioro de la economía internacional. Estados Unidos no termina de recuperar la senda del crecimiento, en Europa varios países se encuentran en recesión, hay demoras en tomar las medidas necesarias para enfrentar la crisis, y si bien en los últimos días las noticias mejoran, las perspectivas son negativas para el próximo período. A todo esto se suma el menor dinamismo de Brasil, China e India, asociado a los problemas indicados.

Un segundo grupo de factores derivan de las deficiencias de la gestión gubernamental. En torno al 20% del gasto público corriente se está financiando con los ingresos fiscales extraordinarios derivados del alto precio del cobre, en lugar de destinar esos recursos a fortalecer la capacidad competitiva. Un deterioro de ese precio dejará a las finanzas públicas en serias dificultades.

En ese sentido, fue irresponsable que el gobierno no haya aprovechado la existencia de un amplio consenso nacional para impulsar una reforma tributaria, que junto con revertir el carácter regresivo de la estructura impositiva, asegurara el financiamiento de largo plazo de la educación, que como coinciden los especialistas, requiere siete veces lo que recauda el ajuste tributario aprobado, y el desarrollo científico y tecnológico, ambos aspectos que están limitando el crecimiento potencial de la economía. Del mismo modo, el gobierno todavía no da luces de cómo solucionar los problemas energéticos y medioambientales.

El 2013, el déficit de cuenta corriente alcanzará un 3,2% del PIB. Evaluado con base en los precios de largo plazo del cobre y del petróleo, alcanza un 4,6% este año y un 5,2% el próximo. Estos riesgos dejan en evidencia temas que se eludieron en el debate tributario. Mayores impuestos al  3% más rico, así como la reducción de la elusión con medidas incluidas en el proyecto tributario inicial, ayudarían a reducir el consumo de esos grupos que coadyuvan al fuerte crecimiento del déficit de cuenta corriente.

El gobierno, ayudado por la debilidad de la oposición parlamentaria, ignoró estos riesgos, redujo la carga tributaria de los más ricos y no abordó los problemas asociados a la alta repatriación de utilidades de las empresas extranjeras, con lo que el necesario ajuste fiscal caerá sobre el gasto público y sus beneficiarios.

Los mayores recursos fiscales, en lugar de afectar negativamente el crecimiento, como sostienen algunos, lo habrían favorecido, al potenciar la competitividad del sector productivo.

Fuente: (La Tercera)