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21.07.02

Un analisis de los derechos politicos y libertades civiles

Por Marina L. Espósito
Todos los años, The Freedom House realiza una encuesta anual llamada Freedom in the World (Libertad en el mundo). Esta organización sin fines de lucro que se dedica a promover la democracia, los derechos políticos y las libertades civiles a nivel mundial, ofrece este estudio estadístico en el cual se analizan la libertad política y los indicadores económicos de los países. Dos de los aspectos que se abordan son los derechos políticos y las libertades civiles. Luego de analizar estas variables, se efectúa un promedio para establecer el status del país de acuerdo a tres indicadores: libre, parcialmente libre, no libre.
Si el análisis se centra en los resultados obtenidos en los países de América Latina, se puede apreciar que 22 estados están dentro de la clasificación de libres, mientras que 12 son parcialmente libres y sólo uno, Cuba, no es libre.

La situación de fondo. Para poder determinar el status de un país, es preciso realizar un análisis comparativo de sus derechos políticos y libertades civiles. De este modo, se pretenden obtener datos con una mayor aproximación a la realidad.
Si se quiere conocer más a fondo la situación en América Latina, es útil extraer conclusiones a partir de la clasificación obtenida por cada uno de los países. Algunos de los que alcanzaron el status de libres fueron: Argentina, Bolivia, Chile, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Jamaica, Panamá y Uruguay. Mientras tanto, dentro de los parcialmente libres, se encuentran: Brasil, Colombia, Guatemala, Haití, Honduras, México, Nicaragua, Paraguay, Perú, República Dominicana y Venezuela. El único país que fue clasificado como no libre fue Cuba.

Un estudio comparativo. Si se tienen en cuenta los países en los cuales su status es libre, puede decirse que –en general- hay una amplia preponderancia de los derechos políticos y las libertades civiles. Se considera el normal desarrollo de las elecciones gubernamentales, el respeto de las garantías constitucionales, la libertad de expresión, el derecho de formar organizaciones cívicas y de derechos humanos, entre otros aspectos. Además, se analiza cómo es el funcionamiento del sistema judicial. Luego de tener en cuenta todos estos ítems, se realiza una evaluación final para determinar el indicador.
La característica de este tipo de análisis es que no es taxativo. Cada país que entra dentro de una misma clasificación, no lo hace con el mismo puntaje. Por ello, si bien es importante reconocer qué país es libre y cuál no, también es necesario un estudio más profundo. Por eso, se estudian las situaciones particulares de cada uno de ellos. Por ejemplo, si bien Argentina, Bolivia y Chile son tres países que fueron clasificados como libres, presentan algunos problemas específicos.
En Argentina, se mencionan inconvenientes vinculados con un “sistema judicial politizado”. Mientras tanto, en Bolivia, se alude al uso de dinero proveniente de la producción de cocaína “para financiar campañas políticas”.
En Chile, uno de los conflictos que aún permanece es “el abuso físico de prisioneros proveniente, en particular, de la policía uniformada.” Además, en lo que respecta a la historia política chilena, se puede apreciar una especie de "autocensura” en las publicaciones. Este problema se ejemplifica en el informe de The Freedom House, mediante un caso ocurrido en enero de 1998. En esa oportunidad, un juez chileno “decidió iniciar una investigación criminal sobre el presunto rol de Pinochet en el genocidio durante la dictadura militar.” Los medios hicieron referencia a ese episodio sin darle mucha importancia, ya que los artículos sobre el caso aparecieron en páginas interiores. Otro hecho vinculado a este tema, tuvo lugar en 1999. Un juez chileno ordenó confiscar todas las copias de “El Libro Negro de la Justicia Chilena”, en el cual se exponían los problemas de corrupción en el Poder Judicial. Según el informe de The Freedom House, este libro realizado por la periodista Alejandra Matus, tiene una buena base investigativa. Luego de generarse este problema, Matus “fue forzada a irse a los Estados Unidos.”
En lo que respecta a los países parcialmente libres, es útil centrarse en Nicaragua, Colombia, Brasil, Perú y Venezuela.
En Nicaragua, se menciona que el sistema judicial es independiente en general. Sin embargo, se explica que es “susceptible a la influencia política y a la corrupción.” Otro tema de suma importancia es la “presencia de discriminación hacia las mujeres y hacia la población indígena.”
En Colombia, uno de los principales flagelos es el de la violencia política. En el informe, se señala a este país como “uno de los más violentos del mundo”. La mayor parte de las víctimas son civiles y más del 90% de este tipo de crímenes no han sido resueltos.
En Brasil, uno de los principales conflictos se centra en la corrupción en el ámbito político y la debilidad del sistema judicial. Por otra parte, en el informe se menciona la violación de los derechos humanos en lo que respecta a grupos marginados socialmente. Incluso, se hace referencia al alto índice de corrupción y violencia de la policía. Se menciona un episodio ocurrido en Sao Paulo y Rio de Janeiro, en donde los policías de la zona fueron filmados mientras “atacaban a la gente en la calle, reclamaban dinero, baleaban y asesinaban a motociclistas durante operativos de rutina”.
Otro grave problema se relaciona con la violencia en contra de las mujeres y los niños. Se explica que las leyes protectoras rara vez se implementan, mientras continúa la prostitución infantil. Además, un estudio reciente llevado a cabo por la UNICEF, concluyó que en Brasil se encuentra el 53% de los 17.5 millones de niños y jóvenes forzados a trabajar en Latinoamérica.
En Perú se realizan severas críticas a su sistema judicial. Se menciona que es “el menos independiente dentro de Latinoamérica”. Se llega a esta conclusión luego de aludir a su alto grado de corrupción e ineficiencia.
En Venezuela, se hace referencia a un estudio reciente, que la ha colocado como la segunda de las diez naciones más violentas de América y Europa. También, se menciona la detención arbitraria y la tortura de sospechosos. Incluso, se presentan varios casos de crímenes extrajudiciales llevados a cabo por las fuerzas de seguridad militar y la policía.
Cuba es el único país que se ha clasificado como no libre. Para llegar a esa conclusión, se han analizado los derechos políticos y las libertades civiles, al igual que en el resto de los países. Además, se ha tenido en cuenta la vigencia de un sistema comunista.
Hay varios datos destacables para mencionar en cuanto al análisis realizado por The Freedom House en este país. Por un lado, se habla de la imposibilidad de elecciones democráticas. Además, están prohibidas todo tipo de organizaciones políticas fuera del partido único. Por lo tanto, no se puede ser un disidente político. Incluso, de acuerdo al informe, una persona puede llegar a ir a la cárcel por sólo “poseer una máquina de fax o una fotocopiadora”. Se recalca que existe evidencia acerca de torturas y asesinatos en prisión. También, se hace referencia a que “Cuba tiene uno de los más altos porcentajes per cápita de encarcelamientos por ofensas políticas, en comparación con cualquier otro país del mundo”.

Para extraer conclusiones. De esta manera, se puede observar como el análisis llevado a cabo por The Freedom House implica la interrelación de muchos temas para arribar a la clasificación final. La importancia de este estudio radica, más que nada, en su investigación a fondo. De esa forma, es posible obtener datos más precisos de cada país.
Hay que tener presente que, a medida que se agregan más variables, más difícil se torna el análisis. Por ello, se han delimitado previamente una serie de cuestiones que serían abordadas. El estudio Freedom in the World proporciona datos de carácter dinámico. Esto significa que los resultados no deben ser interpretados literalmente.
Freedom House remarca que es una organización que “no ve a la democracia como un concepto estático”. Esto significa que su clasificación en países libres, parcialmente libres y no libres opera como indicador. Por lo tanto, lo importante es saber cómo se interpretan - en cada caso - esos indicadores.

Marina L. Espósito es Asistente del Centro para la Apertura y el Desarrollo de América Latina