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10.04.17

La opción del PS por Alejandro Guillier impone una dura prueba a la coalición de Nueva Mayoría

(Política & Economía) La holgada votación obtenida por el senador Alejandro Guillier para ser ungido como el candidato presidencial del Partido Socialista de Chile, el 9 de abril pasado, dejó a la vera del camino a un influyente sector que apoya al ex Presidente Ricardo Lagos. A su vez, esta opción abrió una serie de interrogantes sobre las próximas fases que deberá enfrentar en los próximos meses la coalición de gobierno de Nueva Mayoría.
Por Hugo Traslaviña

(Política & Economía) Luego que el senador Alejandro Guillier logró ser ungido por un amplio apoyo en el seno del Comité Central del Partido Socialista (67 votos), muy por encima de la votación obtenida por el abanderado del PPD, Ricardo Lagos (36 sufragios), se produjo un repentino cambio de escenario en la compleja carrera presidencial del oficialismo, que pretende mantenerse en el gobierno a partir de 2018. En lo inmediato, quedó en suspenso la posibilidad de realizar una elección primaria en el bloque de Nueva Mayoría, porque a la mañana siguiente de conocida la decisión en el PS, Ricardo Lagos anunció el retiro de su candidatura.

Mientras tanto, Guillier sumó oficialmente el apoyo de dos partidos: el Radical Social Demócrata (PRSD) y el Socialista; e informalmente -hasta ahora- del Partido Comunista. Lagos, en cambio, debía seguir adelante solo con el apoyo del Partido Por la Democracia (PPD), al menos hasta el 2 de julio. Con un bajísimo apoyo en las encuestas y ahora sin el respaldo del principal partido de la izquierda chilena, a Lagos se le hacía cuesta arriba continuar con su candidatura.

A esto se sumó la incertidumbre de que en la segunda prueba de fuerzas con Guillier (el 2 de julio) también compitiera la abanderada de la Democracia Cristiana (DC), Carolina Goic. Una primaria a tres bandas le habría permitido al ex Presidente disputar con mayor propiedad el llamado “voto duro” de los militantes históricos de los partidos de Nueva Mayoría, quienes lo conocen y lo recuerdan desde cuando a fines de la década de 1980 se hizo popular desafiando directamente con el índice de su mano derecha al dictador Augusto Pinochet.

Sin embargo, Ricardo Lagos no logró asimilar, sino hasta la tarde del pasado 9 de abril, cuando conoció el resultado de la elección interna en el PS, que a casi a tres décadas de aquella hazaña, el país había cambiado radicalmente y que incluso este partido, del cual esperaba un reconocimiento a su trayectoria (aun sin ser militante formal), también le daría la espalda.

En este nuevo escenario Nueva Mayoría tendría sus días contados, porque sin candidatos de sus principales partidos para realizar primarias, se alejan las posibilidades de proyectar una voluntad de convergencia política a la ciudadanía.

Mientras tanto, la senadora por Magallanes Carolina Goic se encuentra altamente presionada por el sector más conservador de su partido, para que no se presente a la primaria y vaya directo a la primera vuelta, en noviembre. De ocurrir esto, a la actual coalición oficialista se le cerraría la puerta para presentar listas comunes en la elección de parlamentarios y reduciría sus posibilidades de enfrentar con más peso al candidato de la derecha Sebastián Piñera, quien hasta ahora encabeza las encuestas. Esto, sin contar la importancia que tiene para los votantes que una coalición de partidos le ofrezca un programa de gobierno común.

Previendo esta situación compleja, que pone en riesgo la continuidad del conglomerado oficialista, apenas Guillier fue ratificado como el elegido del PS, el presidente de este partido, Álvaro Elizalde, lanzó un llamado a la unidad, de cara a las elecciones de noviembre. “Llamamos al resto de los partidos de la Nueva Mayoría a respetar nuestra decisión, tal como nosotros lo hemos hecho respecto de sus determinaciones (…) en Nueva Mayoría no sobra nadie”, afirmó Elizalde.

En la víspera, el candidato derrotado en la interna del PS, Ricardo Lagos, declaró en una entrevista en el diario La Tercera, que más allá del resultado a que se llegara en la interna del PS, él ya había sido nominado por el PPD y que en tal condición podría presentarse a las primarias del 2 de julio. “Formalmente, el PPD ya me proclamó, es una forma de decir que ya estoy inscrito para participar en las primarias del 2 de julio”, sentenció Lagos. Sin embargo, el balde de agua fría que recibió horas después, lo hizo cambiar de opinión.

Coalición 2.0

Luego de conocerse el resultado de la votación en el PS, la presidenta de la Democracia Cristiana, Carolina Goic, fue consultada por los periodistas si se presentaría o no a la primera vuelta del 2 de julio. Y esta fue su respuesta: “Nosotros no nos cerramos a ningún mecanismo. Lo que nos interesa es la discusión de fondo: cómo somos capaces de construir efectivamente una alianza de centro izquierda para enfrentar los desafíos que tiene Chile”. En este sentido, mostró su interés para seguir trabajando por crear una “coalición de centro izquierda 2.0″.

Con primaria o si primaria del 2 de julio, los candidatos del actual bloque gobernante saben que tendrán que contar con el respaldo de los actuales partidos socios en Nueva Mayoría, si pretenden derrotar al candidato de la derecha.

Por eso quizás la candidata DC habló de “coalición de centro izquierda 2.0″, en la cual -supuestamente- ninguno de los socios actuales debiera ser excluido, ni siquiera el Partido Comunista, aun con lo difícil que ha sido para la propia DC cohabitar en La Moneda con éste. Tanto Goic como Guillier, quienes probablemente estarán en la papeleta de la primera vuelta de noviembre, saben que el verdadero rival no lo tienen dentro de la actual coalición de gobierno, sino que en la vereda del frente. Ambos debieran suponer que luego de la primera vuelta presidencial, si su objetivo es ganar, tendrán que conseguir necesariamente al menos parte de los votos en la izquierda más radical, aglutinada en el Frente Amplio.

Por eso, luego de ser ungido por el PS, el senador Guillier subrayó la necesidad de mantener la unidad de la coalición de gobierno y recobrar la confianza de la ciudadanía. “Tenemos que demostrar que existe gobernabilidad interna y que podemos construir un proyecto de país unidos”, concluyó el senador.

Fuente: Política & Economía (Santiago, Chile)