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25.07.18

Mal pero acostumbrado

(7 Miradas) La mayoría social podría no tener el ánimo para darle al gobierno «el tiro del final» en la elección de 2019, y Macri sobreviva a la tormenta. Sobre todo cuando se ponga a analizar cuáles son las alternativas. Esto es probable? Diría que sí, con pronóstico reservado. Lo que dicen los médicos para cubrirse.
Por Carlos Fara

(7 Miradas) Ya no hay mucha sorpresa: los datos oficiales de inflación y actividad económica estaban predichos por la comunidad de economistas. El barco entró en una tormenta de la que aparentemente saldrá a comienzos del año que viene. Este será un “segundo semestre” de los malos. Ergo las emocionalidades, actitudes y psicologías de los argentinos se preparan ello, en todos los niveles de la sociedad.

Cuando alguien está alertado sobre un hecho negativo que seguro le afectará probablemente primero se preocupe o se angustie, pero luego estará mejor preparado para recibir el impacto. Le dolerá menos? No necesariamente, pero quizá el impacto psicológico sea menos duro que si lo agarra por sorpresa. Es obvio que no existe una respuesta universal de los seres humanos, pero al menos en términos colectivos el proceso funciona bastante parecido a como lo describimos.

Esto quizá explique que los funcionarios del gobierno, tanto en on como en off no dejan de reconocer que la segunda parte del año no será precisamente una fiesta. No infunden optimismo, pero a esta altura con todo lo que pasó en los últimos 3 meses en materia económica, sería difícil (y hasta contraproducente) contrariar el pesimismo mayoritario.

Frente a una economía que decaerá, uno escucha en la calle con mayor frecuencia el famoso “estoy mal pero acostumbrado”, sentencia que no deja de tener su lado bromista, típico de la idiosincrasia nacional. Una mezcla se resignación burlona frente al destino.

Dicha frase popular es más que eso. Es una metáfora hecha carne y que se expresa en los malos tiempos. Pero además, dicha metáfora nos es solo una expresión lingüística. Como dice el especialista George Lakoff, estas construcciones del lenguaje orientan nuestro comportamiento. Como cuando decimos cotidianamente “acá, en la lucha”, es porque así lo siente la psiquis y el individuo actuará en consecuencia.

El “mal pero acostumbrado” no es algo positivo para el gobierno de turno en el corto plazo, sin duda, pero puede ser un aliado a medida que vayan pasando las semanas, siempre y cuando 1) el entorno internacional no se agrave, 2) la meteorología no vuelva a jugar en contra, y 3) el oficialismo no siga cometiendo errores estratégicos de magnitud.

De qué manera podría ser un aliado? Si no se verifica un agravamiento de la situación, es probable que una parte de la sociedad tome esto con otra sentencia popular: “total para qué, te vas a preocupar, las cosas como vienen se tienen que tomar”. Otra resignación burlona. Esto podría implicar 1) el mal humor no se convierte en bronca, y 2) preparada para el impacto, la sociedad reaccione con un “y… ya lo sabíamos”.

A dónde va todo esto? A que la mayoría social podría no tener el ánimo para darle al gobierno “el tiro del final” en la elección de 2019, y Macri sobreviva a la tormenta. Sobre todo cuando se ponga a analizar cuáles son las alternativas.

Esto es probable? Diría que sí, con pronóstico reservado. Lo que dicen los médicos para cubrirse.

PD: respecto de nuestra columna de la semana pasada (“La Reina de Corazones”), el domingo 22 salió publicada en La Nación la siguiente declaración de Osvaldo Marasco, ex candidato a intendente de Ituzaingó por Cambiemos respecto al caso de los donantes falsos en la campañas de 2015 y 2017: “Yo la seguía a Lilita y le conté lo que ocurría. Pero optó por no hacer nada. Se volvió más pragmática”.

Fuente: 7 Miradas (Buenos Aires, Argentina)