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20.03.17

Elecciones 2017: la incógnita Randazzo

(TN) Los randazzistas discuten la posibilidad de negociar una lista de unidad con el kirchnerismo. Una que ellos se garanticen conducir y hegemonizar, para que los demás no los acusen de ser falsos renovadores, disfrazados facilitadores de la operación retorno de la jefa.
Por Marcos Novaro

(TN) Crece el rumor de que va a jugar. Y también dicen que viene creciendo en las encuestas. Pero nadie sabe en verdad si va a salir al ruedo y, tal vez lo más importante, cómo lo haría.

Convengamos que ya desde antes el panorama electoral para este año en el principal distrito del país lucía impredecible. No se sabe bien cuándo y ni en qué medida puede influir en el electorado la prometida recuperación económica, o si el consumo seguirá igual deprimido, sobre todo en el Conurbano, y por tanto también la intención de voto oficialista en ese decisivo cinturón. Tampoco se sabe quiénes terminarán siendo los candidatos de las tres corrientes hasta aquí protagónicas: ¿tendremos una batalla de titanes, Cristina vs Carrió vs Massa?, ¿o todos ellos por temor al riesgo preferirán dejar la pelea en manos de delegados no tan estelares?

Y a todo esto se sumó hace poco un factor nuevo, proveniente del corazón del PJ distrital. Cuando la mayoría de los intendentes, y también de los jefes sindicales, comenzaron a ver con alarma que si dejaban en manos del jefe apenas formal del partido, Fernando Espinoza, el armado electoral de este año iban a terminar engrampados detrás de listas indisimulablemente kirchneristas, pasaron a la ofensiva. Eso fue lo que incrementó y extendió la presión para que Randazzo actúe.

Hoy el ex ministro del interior puede dar por seguro que contaría con una buena base territorial y recursos organizativos suficientes para dar la batalla. Aunque ¿puede estar seguro de ganarla? El problema principal que enfrenta al respecto es que todas las opciones que tiene delante suponen riesgos altos, y todavía ninguna garantiza ventajas seguras.

¿Cuáles son estas opciones?: enfrentar en las PASO a Cristina y pasarla a retiro, absorber y digerir al kirchnerismo con una lista de unidad, o forzar la sucesión del liderazgo pero desde fuera del PJ. Veamos.

La primera opción, ir a las PASO contra el kirchnerismo, es la que sus seguidores dicen preferir. Y efectivamente es la que mejor se acomodaría a su necesidad de dejar atrás el liderazgo interno de los Kirchner, sin fragmentar aun más al peronismo. El problema es que hasta aquí no es seguro que entre los votantes fieles de ese partido, que son los que se movilizarán en las internas de agosto, Randazzo pueda a Cristina. Y esto podría empeorar si los demás contendientes le hicieran el vacío, si tanto la propia Cristina como Massa y el oficialismo lo ignoraran y polarizaran la elección entre ellos. Algo que a los tres les convendría hacer, claro, porque esos votos que pretende para sí Randazzo hasta aquí en alguna medida se los vienen repartiendo entre ellos.

Vistos estos peligros, Lo que supondría que los kirchneristas se dejan conducir, se le someten. Algo que por ahora tiene pocas chances: también ellos creen que, de última, puede irles bien solos. Con el argumento de “somos la oposición auténtica” se imaginan reteniendo un porcentaje electoral que, aunque minoritario, alcance para bloquear a las demás facciones peronistas en la misma condición, hasta que termine de derrumbarse la circunstancial e ilegítima popularidad de Macri, Vidal y compañía. Tal vez esto no sea realmente viable, pero que esa gente crea que lo es alcanza para complicarle la vida a Randazzo y los suyos: se podrían quedar con el sello del PJ, pero en un escenario más fragmentado que el de la competencia en las PASO. Y con muy bajas chances de ganar la elección general de la provincia.

Por último, tienen la opción de romper ya con la formalidad del PJ y apostar todo a vaciarlo de contenido y absorber en el ínterin lo que puedan del Frente Renovador. Algunos massistas ya han dado señales de que acompañarían una operación de este tipo, entre otras cosas porque confían cada vez menos en su jefe, y en sus posibilidades futuras como líder de un peronismo unificado. Menos que menos desde que ató su supervivencia a la alianza con Stolbizer. ¿Qué es eso, el Frepaso 2? Semejante secuela no podría terminar bien.

Difícil saber cuál de estos caminos va a tomar Randazzo, o si va a encontrar algún otro con más ventajas y menos riesgos. Lo cierto es que por ahora tiene el espacio despejado para explorarlos. Aunque no tiene tampoco todo el tiempo del mundo porque las ventanas de oportunidad se van a ir cerrando. Mientras tanto muchos de los que lo contemplan con expectativas se deben estar preguntando ¿cuándo se nos va a revelar quién es realmente este tan mentado como en el fondo poco conocido Florencio Randazzo, es un constructor o solo un oportunista, piensa en su quintita o en el país, se parece a Menem o a Reutemann?

Fuente: TN (Buenos Aires, Argentina)