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23.06.17

Suspense

(7 Miradas) Dice el diccionario sobre el significado de «suspense»: expectación que se crea ante el desarrollo de la trama de una obra literaria o una película y que mantiene al lector o espectador ansioso por saber lo que va a ocurrir”. Eso es la política argentina hoy.
Por Carlos Fara

(7 Miradas) Faltan pocas horas para que se devele la incógnita sobre si CFK será o no será candidata. Hace mucho que una decisión política no genera tanto análisis, polémica y contradicción como ésta. El tema sale a cada rato dentro del mundo de la política y es difícil encontrar un consenso sobre si a ella le conviene presentarse o no.

Que ella no se presente es obviamente relevante. Sin embargo, ella es claramente la que conduce a la gran mayoría del peronismo bonaerense, ya sin chequera y sin látigo, a pura encuesta favorable y sensación de calle en el sector popular.

Ella ya definió:

1)      el espacio político desde el cual competir,

2)      los espacios relativos de los distintos sectores para incluir candidatos,

3)      la fecha de defunción de los símbolos partidarios peronistas, y

4)      la estrategia de campaña.

En ese marco, es la líder. Si es candidata o no, empieza a ser menos importante, ya que está claro que le pondrá el cuerpo a la campaña de sus fieles. Cristina estará presente todo el tiempo en la cabeza de los votantes y de toda la dirigencia. Será la referencia ineludible para propios y extraños. ¿Necesita además ser candidata?

Repasamos algunas deducciones políticas que se fueron cayendo a lo largo del tiempo:

1)      el kirchnerismo se termina el 10 de diciembre de 2015: parece que no. Quizá se acabe el 22 de octubre de este año, pero está por verse;

2)      nadie la quiere porque es un salvavidas de plomo: sí, pero si no la quieren, al menos se la tienen que bancar;

3)      ella irá como candidata por Santa Cruz este año porque solo allí puede ganar: parece que no (tampoco queda claro que hoy gane en su provincia de origen político);

4)      ella necesita fueros porque teme ir presa: no lo hizo en 2015 (buen cálculo judicial?), pero está claro que las probabilidades de terminar tras las rejas se acrecentó en los últimos 18 meses.

Tal como sucedió en 2011, Cristina vuelve a desafiar la ley de la gravedad. Ha convertido a la Unidad Ciudadana en un laboratorio sociológico acerca de qué es hoy el peronismo, y qué valor tienen la marca partidaria, los símbolos y las liturgias (de a ratos parece inspirada en Durán Barba). En aquel momento no quiso actos, ni toma y daca con los gobernadores e intendentes, ni asados con los sindicalistas, ni nada de las cosas que sí hacía Néstor. Dijo que los votos no eran de nadie (referencia a las estructuras territoriales y sus dueños), sino que eran de la gente. Tuvo razón: se alzó con el triunfo más holgado desde el regreso a la democracia.

Si CFK no es candidata quizá ya no importe tanto. Ella está poniendo en juego su capital político de todos modos. Si pierden Scioli o Magario, o el que encabece, también perderá ella y le resultará difícil liderar a los peronismos provinciales. Pero claro: en el país de los ciegos, el tuerto es rey. ¿Qué pasa si los nucleados en el PJ no tienen una figura alternativa? Los aspirantes internos no las tienen todas consigo: Randazzo puede quedar licuado a la nada en la elección de octubre, y Urtubey tendrá que remar mucho para hacer valer una victoria en su comarca.

Dice el diccionario sobre el significado de “suspense”: expectación que se crea ante el desarrollo de la trama de una obra literaria o una película y que mantiene al lector o espectador ansioso por saber lo que va a ocurrir”. Eso es la política argentina hoy.

Fuente: 7 Miradas (Buenos Aires, Argentina)