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06.09.07

Socialismo: triunfo y memoria

Por Ricardo López Göttig

Con el triunfo de Hermes Binner, es la primera vez que un socialista ocupará una gobernación en Argentina. Esta victoria electoral nos permite hacer memoria sobre el honroso pasado de la fuerza política protagónica del Frente Progresista: el Partido Socialista. Fundado hacia fines del siglo XIX, el PS tuvo desde inicios del siglo pasado una destacada actuación parlamentaria con personajes de la talla de Juan B. Justo, Nicolás Repetto, Alfredo Palacios, Mario Bravo y Enrique Dickmann, entre tantos otros, que prestigiaron al Congreso. Desde las bancas legislativas y con la pluma del diario La Vanguardia, desde la tribuna de campaña hasta en la enseñanza en bibliotecas y universidades populares, los socialistas bregaron por una política más limpia y honesta basada en la confrontación franca de las ideas. Se destacaron por su activa docencia cívica, siempre esclareciendo el debate con sus libros, artículos y conferencias.

Algunas banderas de los tiempos fundacionales siguen en pie: el cooperativismo, el fomento de la paz y la educación, el repudio a la violencia y los gobiernos autoritarios de todo signo, el respeto a las instituciones republicanas, las libertades fundamentales y el orden constitucional, y la preocupación permanente por el bienestar de los obreros, las mujeres, los niños y los inmigrantes. Otras, en cambio, parecen haberse perdido por el camino a mediados del siglo XX, ante la aparición del peronismo: el libre comercio, la defensa de una moneda sana convertible al oro y la austeridad de los presupuestos gubernamentales.

Para Juan B Justo, el inteligente y agudo fundador del socialismo argentino, el capitalismo era un proceso sano si los empresarios asumían riesgos y no eran protegidos por un Estado prebendario y proteccionista. "El pueblo trabajador no quiere que se le dé, sino que se le deje de quitar mediante impuestos", enfatizaba Justo, en su constante batallar por la supresión de impuestos al consumo y a los productos importados que mejoraban la vida del trabajador. Nicolás Repetto ponía su mirada en los gastos del Estado, sobre todo en los que generaba el Congreso, para reducir la presión impositiva sobre los que sólo contaban con su salario.

Con perseverancia, repudiaron las formas fáciles de la demagogia y la adulación, del clientelismo y la dádiva. Confiaron siempre en la inteligencia y el sentido común de sus votantes y que, con el esclarecimiento a través de la voz y la palabra escrita, habrían de acompañarlos con su voto en elecciones venideras.

Los laboristas británicos rinden homenaje a Ludwig Erhard, el propulsor de la economía de mercado en la reconstrucción de la Alemania occidental, poniendo en evidencia lo que los socialistas argentinos comprendieron un siglo antes: que la iniciativa privada y el mercado libre no están reñidos con la creación de más y mejores oportunidades para todos, elevando la calidad de vida de los más necesitados.

Si el espíritu republicano, austero y democrático de aquellos tiempos fundacionales pervive en los socialistas de hoy, entonces un torrente de oxígeno está entrando en la escena política argentina.

(*) Director de la Licenciatura en Ciencia Política en la Universidad de Belgrano e investigador asociado de Cadal.