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08.08.11

Colombia: Un año promisorio para Santos

En base a una inteligente y pragmática estrategia política interna, el presidente Santos exhibe el 95% del congreso alineado en torno a su gobierno y recientemente logró incorporar al Partido Verde, protagonista de la histórica “Ola Verde”, que en 2010 llevó al ex alcalde Antanas Mockus a disputarle la presidencia en segunda vuelta. Solamente el Polo Alternativo, de izquierda, se mantiene en clara oposición.
Por Hugo Machín Fajardo

El presidente Juan Manuel Santos cumple su primer año de gobierno con el 83% de popularidad y beneplácitos que le llegan desde el exterior, en reconocimientos como los del ex presidente brasileño Luis Inacio da Silva (Lula), el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon o la influyente ONG estadounidense Human Rights Watch (HRW).

Quedó atrás la tradicional luna de miel de todo nuevo gobierno, en este caso inundada por los fenómenos sumados del Niño y la Niña -una temporada de casi un año ininterrumpido de lluvias- que aparejó catastróficas consecuencias para la economía colombiana: un millón de hectáreas agrícolas inundadas y 160 mil bovinos muertos.

Más de tres millones y medio de colombianos -de una población de 45 millones- se vieron directamente afectados por las inundaciones.

Hasta el momento, ese inconveniente ha supuesto la inversión de 2.565 millones de dólares provenientes del presupuesto nacional previsto para 2010-2011; sin contar lo que “se invierte a través de ministerios y entidades territoriales–, de los cuales se ha comprometido ya el 95 por ciento”. (Santos, 25.04.11).Pero Santos supo inyectarle al país un espíritu de renacimiento desde la catástrofe climática y transformar la crisis en desafío.

Hechos. El golpe de timón aplicado a la política internacional colombiana llevó al país a un acercamiento con Brasil y México. En el primer caso, implica una inteligente actitud ante el mayor socio comercial latinoamericano (190 millones de personas en un país en que el combate a la pobreza es exitoso); pero también el anuncio de una postura más pragmática y desideologizada que le retribuyó ejercer la secretaria de Unasur compartida con Venezuela, la consideración del presidente Hugo Chávez como “el nuevo mejor amigo”, superándose las tensas relaciones con Caracas y también con el gobierno de Rafael Correa, de Ecuador.

Lula fue categórico en su reconocimiento: “la lección que (Santos) le esta dando América es que quien vence en una elección (…) no puede dedicar una parte de su triunfo a pelearse con la oposición o con otros, sino que tiene que dedicarse a construir la paz”. (En Bogotá, el 4.08.11)

La consolidación del bloque del Pacifico (Chile, Perú, Ecuador, Colombia) para abordar en forma conjunta a los mercados asiáticos, también debe atribuirse a la gestión iniciada el siete de agosto de 2010.

Igualmente son frutos internacionales de este primer año, la disminución de la tensión con Nicaragua, debido al histórico diferendo por las islas de San Andrés y Providencia; el protagonismo colombiano en el retorno de la paz política en Honduras, mediante la reconciliación entre el presidente Porfirio Lobo y el ex presidente Manuel Zelaya y la presidencia pro tempore de Colombia en el Consejo de Seguridad de la ONU.

Política interna. Más de cuatro millones de víctimas del “conflicto armado” -como lo definió Santos- que azota a Colombia desde hace cincuenta años, quedaron contempladas en la Ley de Víctimas radicada en el Congreso en setiembre, apenas un mes después de asumir. En su opinión, con la sola aprobación de dicha ley ya “habrá valido la pena ser Presidente”.

Ban Ki-moon, quien estuvo en Bogota en junio cuando la Ley de Víctimas fue refrendada, dijo que se estaba ante “un hecho histórico” que permitirá “encarar todas esas fechorías del pasado, a través de un proceso de establecimiento de responsabilidades”.

En mayo se identificaron 9.969 NN muertos desde 1971, entregándose más de cuatro mil cuerpos a sus familiares, en una labor que demandó cinco meses y mereció la felicitación del congresista Iván Cepeda, opositor y militante de las organizaciones de víctimas.

Otra pieza clave en el difícil y precario mecanismo de restitución de derechos encarado por Santos, es la Ley de Tierras. En las últimas décadas se había producido en Colombia una autentica contrarreforma agraria en un país en que tradicionalmente la tenencia de la tierra ha sido objeto de crueles enfrentamientos. El ministro de agricultura, Juan Camilo Restrepo, ha dicho que dos millones de hectáreas les fueron arrebatadas a 450.000 familias colombianas. En 2009, el grupo  Memoria Histórica de la oficial Comisión Nacional de Reparación y Reconciliación (CNRR), cuantificaba en cinco millones y medio las hectáreas usurpadas. El despojo se realizó al amparo del conflicto armado, mediante homicidios, amenazas, destrucción de documentación oficial, desplazamientos forzados, falsificación de títulos y corrupción administrativa.

Anticorrupción. La corrupción en Colombia es un caso serio. El ex alcalde de Bogotá y ex ministro Jaime Castro, recientemente acuñó una frase: “Colombia no parece un país sino un juzgado”, en alusión al desfile interminable de actores públicos y privados por los tribunales.

La auto percepción de la ciudadanía colombiana también ubica a la corrupción como uno de los principales problemas del país y las mediciones internacionales confirman esa realidad. El 91% de los empresarios considera que hay empresarios que ofrecen sobornos en sus negocios, según la “Primera Encuesta Sobre Prácticas contra el Soborno en Empresas Colombianas”, de 2007.

El vice contralor general de la Nación, Álvaro Navas, ante la ausencia de una “metodología clara que permita establecer de forma precisa las cifras de la corrupción en Colombia” sostiene que pueda llegar a significar más de cinco mil millones de dólares anuales.

Dos mil millones de dólares equivalen casi a un punto del PBI colombiano. Los episodios más conocidos en esta materia y que se encuentran bajo investigación judicial son:

- el desfalco al sector de a la salud, en el que Santos afirmó en mayo que la captura de cinco implicados y la constatación de una pérdida de 15 mil millones de dólares, era solamente “la punta del iceberg”, de una práctica que calificó como un  “crimen casi de lesa humanidad”;

- el procesamiento del ex ministro de Agricultura Andrés Felipe Arias, por el denominado “escándalo” de Agro Ingreso Seguro (AIS), un programa de asistencia a productores agropecuarios que habría sido utilizado en forma clientelista para otorgar ayudas no reembolsables a familias adineradas, reinas de belleza, comisionistas de bolsa y allegados políticos. La Procuraduría General, previamente a la detención de Arias, lo había inhabilitado por 16 años para ejercer cargos públicos.

- las escuchas ilegales realizadas por funcionarios del Departamento Administrativo de Seguridad (DAS), contra jueces, líderes opositores y periodistas, que hasta el momento generaron la detención del ex secretario de gobierno Bernardo Moreno y el exilio en Panamá de la ex directora del DAS, María del Pilar Hurtado;

- el robo en la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales (DIAN), donde la justicia imputa cargos por exportación ficticia, falsedad en documento, cohecho, concierto para delinquir y peculado a 11 ex funcionarios y un actual empleado de la DIAN;

-el manejo ilegal de bienes incautados a la mafia por parte de la Dirección Nacional de Estupefacientes (DNE), que acarreó la apertura de catorce investigaciones judiciales contra otros tantos congresistas;

- irregularidades en Fondelibertad, una institución gubernamental “encargada de coordinar los recursos humanos y materiales para la lucha contra el secuestro y demás delitos atentatorios contra la libertad personal”, en la que se investiga un presunto detrimento patrimonial de bienes incautados por la justicia;

La campaña emprendida por Santos parecería haberse desatado en el momento en que la corrupción hacía su tránsito de prácticas ejercidas por funcionarios públicos o privados, hacia un estado endémico e institucionalizado, según un informe de revista Semana (07.03.11) en el que se consigna que “hay 37 mil funcionarios investigados por la Procuraduría y el 70% lo es por corrupción. El procurador general, Alejandro Ordoñez, ha dicho que (los) 32 gobernadores están siendo investigados y ya hay varios destituidos y suspendidos”.

Mayoría. Esto pudo obtenerlo Santos en base a una inteligente y pragmática estrategia política interna que exhibe el 95% del congreso alineado en torno al gobierno y recientemente logró incorporar al Partido Verde, protagonista de la histórica “Ola Verde”, que en 2010 llevo al ex alcalde Antanas Mockus a disputarle la presidencia en segunda vuelta. Solamente el Polo Alternativo, de izquierda, se mantiene en clara oposición, y su ex presidente Carlos Gaviria, le cuestiona la entrega de “benéficos, desproporcionados y costosos, al capital financiero y al minero energético internacional”.

Hay razones también económicas que explican esta aceptación: tan solo en el primer trimestre de 2011 –contra todos los pronósticos– el PIB agropecuario creció un 7,8 por ciento y en el segundo trimestre, Colombia recibió tres mil quinientos millones de dólares, por concepto de inversiones extranjeras, cuando hace una década recibía mil millones menos en todo el año.

Esto no aminora las críticas provenientes de sectores de la economía que se oponen a la revaluación del peso colombiano frente al dólar estadounidense. En los últimos ocho años, la tasa de cambio se ha mantenido a la baja, con excepción del 2008, cuando cerró con devaluación de 11,35 por ciento, por efecto de la crisis financiera internacional.

Seguridad. Según la última encuesta Gallup, el 74% de los consultados cree que en materia de seguridad ciudadana el país está empeorando y otra medición a cargo de varios medios de comunicación y una empresa local, da cuenta de que para un 45% de los encuestados la situación de la economía es “mala” o “muy mala” (10%) y para un 40% “buena o “muy buena (5%).

En lo atiente a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc), Santos entiende que “hemos avanzado mucho (en base a) una sucesión de grandes golpes. La baja de ‘Jojoy’ y de muchos de sus segundos (y) les quitamos ese hábitat donde han vivido cómodamente durante 30 o 40 años”.

Asimismo, en entrevista concedida al matutino El Tiempo (07.08.2011), declaró que mantiene su postura de exigirles “manifestaciones muy contundentes de las guerrillas de que sí quieren un acuerdo de paz (y) para comenzar, que liberen a todos los secuestrados”.

Hugo Machín es periodista y miembro del Consejo Consultivo de CADAL en Uruguay.