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27.11.12

Hacia un nuevo cambio de piel

(Diario Río Negro) La forma un tanto peculiar en la que se construyó el enorme imperio patrimonial del matrimonio Kirchner constituye el flanco débil de cualquier proyecto de retiro tranquilo. Si un nuevo gobierno decidiera ahondar en la investigación de los famosos fondos que la provincia de Santa Cruz depositó en el exterior en la época que "Él" era gobernador de ese feudo patagónico, la enorme fortuna correría serios riesgos de ser recuperada para el Estado.
Por Aleardo F. Laría

(Diario Río Negro) Todas las señales indican que el peronismo se encamina raudamente a experimentar un nuevo cambio de piel. Si se cumplen los pronósticos avanzados por agudos analistas, en poco tiempo más todo el peronismo, incluido el kirchnerismo, será "sciolista". Pulverizada por el 8N la posibilidad de llevar a cabo una reforma constitucional, la mejor opción para Cristina Fernández en el 2015 será, sin duda, confiar en el actual gobernador de la provincia de Buenos Aires.

Daniel O. Scioli (DOS) ha demostrado estar dotado de una personalidad poco frecuente entre los políticos argentinos, caracterizados en general por hacer uso de una áspera retórica agresiva. Tal vez la figura más representativa de ese peculiar modo de hacer política sea el locuaz senador Aníbal Fernández. Por el contrario, el gobernador Scioli ha demostrado un estilo circunspecto, prudente, equilibrado, que ha sorprendido a propios y extraños cuando frente a furibundos ataques recibidos ha mantenido una firme compostura hierática, signo inequívoco de temple y moderación.

Daniel Scioli junto a Cristina Kircher
Daniel Scioli junto a Cristina Fernández

Por otra parte, parece innecesario recordar que la presidenta CFK es titular de varios complejos hoteleros situados en Calafate, uno de los lugares más bellos de la Argentina. Cualquier persona, estando en su sano juicio, que aspirara a retirarse a descansar después de una ajetreada vida política, no dudaría en recogerse en un refugio tan atractivo y conmovedor como el coqueto hotel boutique que se asoma a las aguas del lago Argentino. Sería un deseo natural, comprensible y en cierto modo humano, demasiado humano.

El mayor riesgo que podría frustrar este bello sueño de hadas es la presencia de un presidente hostil en la Casa Rosada. La forma un tanto peculiar en la que se construyó el enorme imperio patrimonial del matrimonio Kirchner constituye el flanco débil de cualquier proyecto de retiro tranquilo. Si un nuevo gobierno decidiera ahondar en la investigación de los famosos fondos que la provincia de Santa Cruz depositó en el exterior en la época que "Él" era gobernador de ese feudo patagónico, la enorme fortuna correría serios riesgos de ser recuperada para el Estado y la habitación del hotel boutique podría pasar a convertirse en un lúgubre y húmedo cuarto de un penal femenino azotado por el rigor del frío viento patagónico.

Colocándose frente a tan ingrata perspectiva, para la presidenta, la persona que más garantías de tranquilidad le ofrece actualmente es el comedido y circunspecto gobernador de la provincia de Buenos Aires. Inclinarse por cualquier otro candidato –imaginemos a Mariotto, Abal Medina o Kicillof, por citar algunos nombres– sería hacer una apuesta de elevado riesgo, casi suicida. Un candidato demasiado irritativo induciría al electorado a colocar en la Casa Rosada al dirigente que apareciera encabezando una coalición alternativa opositora, en la que seguramente militarían numerosos empresarios y políticos con fervorosos deseos de cobrar gravosas facturas pendientes.

Para el peronismo tradicional, acostumbrado a este cambio de piel, no representaría ningún problema al alinearse detrás de la figura emergente del gobernador Scioli. Operadores políticos brillantes del peronismo, como el senador Aníbal Fernández, el senador Miguel Pichetto o el secretario Oscar Parrilli, que brindaron eficaces servicios al presidente Carlos Menem, no deberían tener mayores reparos en ponerse a las órdenes del nuevo líder del peronismo. Ya se sabe que en el peronismo la lealtad al líder es el factor aglutinante, de modo que hoy se puede votar la privatización de YPF y mañana su estatización sin que esta incongruencia perturbe la conciencia de fogueados políticos que gracias a su flexibilidad ideológica han podido construir una larga y fructífera carrera política.

Diferente es la situación de los intelectuales del espacio Carta Abierta, donde hasta ayer, según el registro de las hemerotecas, prevalecía la convicción de que Scioli "no es un continuador legítimo del modelo de transformaciones sociales iniciado por el kirchnerismo en el 2003". Para María Pía López, directora del Museo del Libro y de la Lengua, "Scioli expresa un modo de concebir la política, la sensibilidad popular y la gestión pública que no se corresponden con lo que consideramos la diferencia del kirchnerismo". Según el director de la Biblioteca Nacional, Horacio González, el gobernador bonaerense es un "representante del estilo político tradicional, oportunista de la espera y más identificado con el espíritu conservador que con el campo nacional y popular".

Esta reticencia a la "derecha interna" peronista representada por Scioli ha quedado bien reflejada en el último documento de Carta Abierta titulado "La diferencia". Allí se afirma que "las nuevas formas de vida emancipadas" no persistirán "si triunfan aquellos que quieren acotar el kirchnerismo a una etapa casual del peronismo, transitoria y renunciable, declarando sucesores naturales a las derechas internas". Para Carta Abierta lo que está en juego no es poco. No se trata de una simple disputa de poder "sino de la posibilidad de que lo sucedido y lo realizado (…) sea liquidado por los agentes de la repetición, (y) conjurado por las fuerzas –múltiples y extendidas– del conservadurismo argentino, presente tanto al interior como fuera de (nuestra) alianza electoral triunfante".

El problema mayor que se les presenta ahora a todos estos briosos militantes e intelectuales es evidente. Durante casi un decenio han conseguido conciliar –gracias a oportunos olvidos– sus ideales manifiestos con la percepción de sustanciales emolumentos provenientes de las arcas públicas. Esa compatibilidad, estando la "derecha interna" peronista en el gobierno, no podrá ser ya honestamente sostenida. Por consiguiente, a los intelectuales-funcionarios de Carta Abierta, o a los periodistas de "Página 12" o de "6, 7, 8", generosamente compensados gracias a la pauta oficial, el liderazgo de Scioli los coloca, inevitablemente, ante angustiosos dilemas personales.

Sobre la forma en que van a ser resueltos esos dilemas sería prematuro pronunciarse ahora. Hasta el momento, la única guía que tenemos es el enunciado efectuado por Carlos Marx hace más de 150 años: la enorme versatilidad del ser humano para acomodar su visión ideológica a sus intereses materiales.

Fuente: (Diario Río Negro)