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02.10.13

El nuevo desafío de Colombia

(Buenos Aires Herald) Como náufragos que finalmente llegan a la costa después de un peligro que amenaza la vida, los colombianos deben darse cuenta de que la estrategia que debilita el éxito de las guerrillas y fomenta la seguridad democrática debe ser sustituida por una nueva estrategia que pueda generar inclusión social.
Por Patricio Navia

(Buenos Aires Herald) La superación de cinco décadas y el fortalecimiento de la democracia, al mismo tiempo, es un éxito notable para cualquier país. Colombia debe estar orgullosa de sus logros. Sin embargo, la construcción de una democracia sostenible con inclusión social y económica requiere nuevas habilidades y políticas. Si Colombia no cumple con éxito el próximo reto, los fantasmas del pasado violento e inestable nunca van a desaparecer. Cuando los visitantes llegan a Colombia, se encuentran con un país lleno de energía. La nación de 48 millones de personas, el tercero mas poblado de América Latina, está en marcha.

Como náufragos que finalmente llegan a la costa después de un peligro que amenaza la vida, los colombianos deben darse cuenta de que la estrategia que debilita el éxito de las guerrillas y fomenta la seguridad democrática debe ser sustituida por una nueva estrategia que pueda generar inclusión social. Debido a que estaban tan cerca de la autodestrucción, ahora están dejando atrás el periodo de violencia, los colombianos sienten que pueden lograr cualquier objetivo que se propongan realizar.

A pesar de que los sectores importantes del país están siendo afectados por la guerrilla y los conflictos paramilitares, el país está vibrante. El tráfico ilegal de drogas sigue siendo un problema, pero la economía legal ha crecido rápidamente en los últimos años, mientras que la economía oculta de la droga se ha reducido. Bogotá es una ciudad desarrollada. La gente ocupa las tiendas y los restaurantes. La seguridad que solía caracterizar a la ciudad ha desaparecido casi completamente. Las calles están llenas de personas que parecen estar apresuradas por disfrutar lo que por tantos años era imposible: tener una vida normal.

Señales de progreso abundan por todas partes. Viviendas, escuelas, centros comerciales, carreteras y todo tipo de infraestructura muestran que Colombia es un país que sabe salir adelante. Los turistas pueden tomar taxis en las calles sin miedo. Aunque Bogotá no es una ciudad segura para los estándares europeos, cada vez es mas seguro día a día, mientras que otras ciudades de América latina son cada vez mas violentas.

La pobreza ha disminuido del 45 por ciento en 2005 al 34 por ciento en 2011. Con un fuerte crecimiento en la creación de empleo - el desempleo está por debajo del 10 por ciento- y las políticas de reducción de la pobreza, habrá progresado en los próximos años. Sin embargo, la exclusión social y económica siguen siendo la norma. La elite colombiana muy unida domina el proceso político, el sector empresarial y los medios de comunicación. La desigualdad se mantiene como uno de los mas altos del mundo, con el coeficiente de Gini, que apenas descendió de 0.59 en el 2000 a 0.56 en el 2010.

Después de dos mandatos de cuatro años, el controversial presidente Álvaro Uribe, quien implementó las políticas que debilitan a la guerrilla, dejó el cargo en el 2010. A pesar de disfrutar de una alta aprobación en su política de seguridad democrática, Uribe fue criticado por tolerar los grupos paramilitares contra la guerrilla y por concentrar el poder en sus manos. Después de que Uribe exitosamente reformó la constitución para buscar un segundo mandato en 2006, intentó sin éxito modificarla de nuevo para quedarse con un tercer mandato después del 2010. A pesar de que Uribe dio su apoyo a su ex ministro Juan Manuel Santos, quien ganó las elecciones de 2010, Uribe se ha convertido en el rival mas fuerte del presidente Santos.

Uribe no está de acuerdo con las prioridades de Santos de mantener conversaciones de paz con la guerrilla y enfocarse en promover la inclusión social. Como sigue siendo mas popular que Santos, Uribe está tentado en volver al campo político, en la búsqueda de un escaño en el Senado en las elecciones de 2014. Uribe también podría apoyar a un candidato presidencial para competir contra Santos.

Los colombianos y turistas que pasan por la plaza principal del centro de Bogotá pueden leer, en la parte superior del edificio de la Corte Suprema, una famosa frase de Francisco de Paula Santander, uno de los héroes de la independencia de Colombia: "Las armas les han dado la Independencia, las leyes les darán la libertad". A pesar de que una agresiva estrategia militar tuvo éxito derrotando a la guerrilla en Colombia, se necesita una estrategia diferente para construir una democracia sostenible e inclusiva. El gobierno de Santos ha cometido varios errores, y su estilo elitista hace que sea difícil para Uribe relacionarse con los colombianos comunes y corrientes. Pero en lugar de centrarse en la lucha contra la guerrilla, es una buena estrategia centrarse en la construcción de una democracia sostenible basada en la inclusión social.

Uribe era el hombre correcto para ganar la guerra, pero no es muy  adecuado para ganar la paz. Afortunadamente, aunque todavía quedan muchos por llegar, la mayoría de los colombianos pueden ver la tierra prometida en progreso y desarrollo. Ellos no quieren que los guerrilleros vuelen los puentes que los separan del estatus de la clase media.

A medida que la clase media se desarrolla, el apoyo a la guerrilla ha disminuido. El reto para el gobierno y las elites colombianas es construir muy rápidamente puentes suficientes a los pobres excluidos para unirse a la clase media.

Esa será la barrera más solida para garantizar la continuación de las políticas favorables al mercado y a la consolidación democrática que Colombia necesita para dejar completamente atrás su pasado violento. El reto de la inclusión y la reducción de la pobreza social requerirá nuevas habilidades y estrategias. Las profundas desigualdades que existen en Colombia aumentan el descontento que los guerrilleros pretendían combatir. Hoy en día Colombia es un país en marcha. Abunda la energía, transpira pasión. El entusiasmo es contagioso. Sin embargo, si Colombia quiere tener éxito en el cumplimiento de su próximo reto, debe darse cuenta de que la estrategia que debilita el éxito de las guerrillas y fomenta la seguridad democrática debe ser sustituida por una nueva estrategia que pueda generar inclusión social.

Fuente: Buenos Aires Herald (Buenos Aires, Argentina)

Traducción de Wanda Di Rosa