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18.09.19

En plena campaña electoral, la política se vive diferente en Uruguay

Pese a todos los vaivenes que pudo haber a lo largo de la historia, en Uruguay todavía se mantiene un fuerte sentido de pertenencia por parte de la ciudadanía con alguna de las tres principales agrupaciones políticas (Frente Amplio, Partido Nacional y Partido Colorado). A su vez, estos partidos, que también ostentan abundante vitalidad interna, tienen una tendencia competitiva que los suele acercar al centro político, permitiendo que haya lugar para sentarse en la misma mesa con otros espacios.
Por CADAL

Prender la televisión y ver juntos a los tres principales candidatos a presidentes del Uruguay dando un mensaje de tolerancia y respeto reciproco ya no sorprende. Pero es un hecho que difícilmente pueda ocurrir en la Argentina. Lo de Uruguay sucedió a principios del mes de agosto en Séptimo día, el nuevo programa que conduce por TV abierta el periodista Nelson Fernández.

En el programa se valoró como un verdadero logro en común el status democrático del país. No es para menos: de los 24 países latinoamericanos que analiza The Economist por medio del Democracy Index solo existen dos democracias plenas en América Latina: Costa Rica y Uruguay. La democracia está tan incorporada como una identidad en común que a ningún sector político se le ocurre autoproclamarse como los defensores de la misma en desmedro de sus rivales políticos.

Por otra parte, hace unos días el candidato oficialista por el Frente Amplio, Daniel Martínez, y el opositor del Partido Nacional, Luis Lacalle Pou, coincidieron con sus militantes haciendo campaña en la ciudad de Cardona. ¿Qué pudo haber pasado? Nada fuera de lo normal si se entiende la política desde un lugar de convivencia: las dos figuras que compiten con más chances de llegar a la presidencia se saludaron con abrazos, dejando implícito un fuerte mensaje de armonía que sería digno de imitar.

¿Pero qué tiene de especial Uruguay? ¿Por qué de un lado del Rio de la Plata la política se vive de una forma y del otro parece algo totalmente distinto? A fin de cuentas, a las personas en ambos países les gusta el fútbol, toman mate y hasta se comparte la identidad de Carlos Gardel. La diferencia muchas veces estriba en la cultura política.

Pese a todos los vaivenes que pudo haber a lo largo de la historia, en Uruguay todavía se mantiene un fuerte sentido de pertenencia por parte de la ciudadanía con alguna de las tres principales agrupaciones políticas (Frente Amplio, Partido Nacional y Partido Colorado). A su vez, estos partidos, que también ostentan abundante vitalidad interna, tienen una tendencia competitiva que los suele acercar al centro político, permitiendo que haya lugar para sentarse en la misma mesa con otros espacios.

Esto no quiere decir que todos piensen lo mismo. De ser así, seguramente estaríamos frente a una autocracia que impone una forma de pensar como si fuese la única. Pero el Uruguay sí permite que existan una serie de valores en común que sirven como base de una cultura política con un fuerte apego a la democracia liberal. A partir de allí se hace más fácil ponerse a negociar para acercar posturas y emprender políticas de estado que duren en el tiempo. La demanda ciudadana por una mejora en los sistemas de seguridad y educación hace necesarias reformas que se aprovechen de estas condiciones.

Aunque de cara al futuro no todo es optimismo. Según los datos del Latinobarómetro del 2018 Uruguay no fue la excepción y, al igual que en la mayor parte de la región, disminuyó el apoyo de la ciudadanía hacia la democracia retrocediendo 9 puntos y llegando a 61%. Sin embargo, la tranquilidad está en que Uruguay todavía se encuentra con una calificación muy elevada, sólo superado por otros dos países de la región. Habrá que permanecer atento a esta cuestión y a observar como el nuevo partido Cabildo Abierto se desempeña en la arena política luego de la elección. Este partido, liderado por Guido Manini Ríos Stratta, quien antes de meterse en política ejercía el cargo de comandante en jefe del Ejército Nacional, es la expresión uruguaya del conservadurismo popular que se viene extendiendo en muchas partes del mundo y que en estas elecciones parece estar disputándole el tercer lugar al Partido Colorado liderado por Ernesto Talvi

Por otro lado, y pensando más en el corto plazo, la candidata a vicepresidenta por el Partido Nacional, Beatriz Argimón, señaló que en las próximas semanas la campaña se volverá más agresiva, abriendo el paraguas ante un posible cambio de tono en el discurso a medida que nos acercamos a la elección del 27 de octubre. Ojalá que no suceda y que Uruguay siga siendo el gran ejemplo de convivencia democrática que Argentina debe imitar.