Diálogo Latino Cubano

04.05.06

Una burla monumental

 

En homenaje al Día Mundial de la Libertad de Prensa, el diario oficial del Partido Comunista Cubano, Granma, publicó un artículo titulado "La falsa religión del poder mediático". En dicho texto, su autor, Ernesto Vera, considera que la libertad de prensa "no es más que una burla monumental e irrespetuosa de la más elemental inteligencia". Interesante, aunque lógica posición de quien ejerce como supuesto periodista en un país donde más de veinte colegas sufren condenas de hasta veintisiete años de prisión.

Los argumentos esgrimidos en el artículo, además de carecer de sustento empírico, caen en reiteradas contradicciones y lugares comunes. Claramente, una de las contradicciones en las que cae este individuo es la de aseverar que los periodistas en Cuba son libres. Esta afirmación no es sólo inexacta e inverosímil, sino que además es cruel. Cruel por despreciar la labor en la búsqueda de la verdad en la información de una veintena de compatriotas suyos que se encuentran cumpliendo largas condenas, sencillamente por haber expresado sus opiniones y puntos de vista en forma abierta.

Además, cabe recordarle a este "periodista" que la libertad de prensa es una de las columnas vertebrales de toda democracia y que donde no hay democracia no hay libertad de prensa y viceversa. Cuba, gobernada desde hace 47 años por el Fidel Castro, "no puede cambiar su gobierno democráticamente", señala Freedom House en su informe sobre la libertad en el mundo. O sea, en Cuba no existe democracia, con lo cual difícilmente pueda existir libertad de prensa. Si alguna duda cabe, Reporteros Sin Fronteras coloca a Cuba como "la segunda mayor cárcel del mundo para los periodistas".

Ahora bien, el argumento central del texto de Vera se basa en el postulado de Ignacio Ramonet quien plantea que la globalización, entendida como un proceso de apertura e integración económica mundial, llevó a que, entre otras cosas, los medios de comunicación quedaran acaparados en manos de unos pocos grupos gigantescos que lejos de servir de "cuarto poder" o de defender los beneficios de la libertad de prensa, buscan únicamente perpetuarse en el poder y por eso hay que limpiar, controlar, en fin, regular la información. "Los periodistas contratados disfrutan de la gran libertad de autocensura en todo aquello que los contradiga [a los medios] o con la siempre también libre opción del desempleo y el hambre, cuando menos", agrega Granma.

En fin, el planteo es que los supuestos monopolios mediáticos impiden el ejercicio de la "verdadera" libertad de prensa, como si ellos fueran los que encarcelaran con largas condenas a quienes piensan diferente. Además, este planteo es una muestra del desconocimiento de la realidad, ya que está visto que los países con mayor libertad de prensa suelen ser aquellos con mejores índices de libertad económica, indicador que además se correlaciona con el crecimiento y la prosperidad (1).

Más adelante, el periódico oficial cubano sostiene que  "la prensa rica en recursos tecnológicos y financieros, gran parte de ella al servicio del dominio imperial, cada vez más monopólica" trata "de borrar los orígenes del periodismo independentista que fue capaz de contribuir a que se fundaran naciones, cuyas Constituciones reconocen la libertad de prensa". Así, parece dar su ataque a Internet, recurso tecnológico que está intentando con cierto éxito evitar la fuerte censura ejercida por gobiernos autoritarios como el de Cuba, o más contundentemente el de China, donde el uso de web-blogs y del envío de información por teléfonos celulares que se está haciendo incontrolable para el Partido Comunista Chino.

De hecho, estos medios están revolucionando el sistema actual de comunicación. Según The Economist, "tiene grandes implicancias para los modelos de empresas tradicionales en la industria de medios, que se basan en la agregación de grandes audiencias pasivas y las tienen cautivas durante las interrupciones publicitarias. En la nueva era de los medios, las audiencias serán ocasionalmente grandes, pero serán frecuentemente pequeñas, y por lo general minúsculas. En lugar de unos pocos grandes gigantes mediáticos compitiendo unos con otros por ese público, serán pequeñas empresas e individuos compitiendo, o más comúnmente, colaborando. Algunos harán dinero con el contenido que creen, otros no, pero nos les interesará porque tendrán otros motivos" .

De más está referirse a la crítica que Vera hace a la situación de los sindicatos o colegios de periodistas, sobre todo viniendo del vocero de un gobierno que tiene el monopolio de todos los sindicatos y gremios, considerando ilegales so pena de prisión a quienes quieran organizar sindicatos independientes.

Con todo, Granma vuelve a ser una vez más una burla monumental a la razón y al buen gusto, intentando justificar lo injustificable y defendiendo lo indefendible.

(1) Ver Alberro, Hernán Informe de Libertad de Prensa y Desarrollo Económico en América Latina 2004 y 2005. CADAL: Buenos Aires.

Hernán Alberro es Director de Programas del Centro para la Apertura y el Desarrollo de América Latina (CADAL).