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01.12.19

La injusticia contra José Daniel Ferrer García y la resolución del Parlamento Europeo.

El sufrimiento de nuestro hermano de lucha está marcando un hito en la historia contemporánea, porque está sirviendo de acicate para que la comunidad democrática universal se active en favor de nuestra causa. En nada creo superfluo abogar por una Cuba de todos los cubanos. No caigamos en la trampa oficial del odio y la intransigencia. José Daniel debe ser puesto en libertad porque ha ejercido sus legítimos derechos humanos.
Por Librado Linares García

El periodista del órgano oficial del partido único, Dilbert Reyes Rodríguez, azuza la candela por boca de otros, para que se concrete un enjuiciamiento condenatorio a prisión, contra el líder de la UNPACU: José Daniel Ferrer García, al dejar saber, declaraciones de partidarios del régimen, como: la necesidad de mantener las calles limpias de opositores, no permitir libertades a bandidos de esa fibra, que alguien lo invitó a comer Quimbombó en plato llano ahora en la mesa de la justicia, sicario y demás estigmatizaciones contra el otro. En fin, puro folclor patriotero, muy fácil de esgrimir desde las cómodas butacas de ese medio de prensa.

El reportaje presentado en la televisión es grotesco, y está orientado a convertir en un cadáver político a Ferrer García. Si este luchador pacífico hubiera organizado y entrenado un grupo portador de armas blanca y de fuego para realizar secuestros y operar violentamente en nuestro país, lo hubieran internado de por vida en la prisión camagüeyana conocida popularmente como: “se me perdió la llave”, pero, llevaba varios años caminando por las calles de Cuba, desde que hicieron públicas dichas imágenes.

Me precio de conocer a este líder de la oposición pacífica, y de loco no tiene un pelo, ¿cómo es posible que de buenas a primera lo presenten como un demente dándose cabezazos contra una mesa? Las nuevas tecnologías son un arma formidable a favor de la libertad, pero también son utilizadas por los enemigos de la misma: éste es un ejemplo vivo. En un país de libertades y derechos hubieran realizado un careo entre las partes involucradas en la televisión, o ejercido el derecho a réplica en la prensa plana, pero en nuestra sufrida patria eso no es posible. A la policía política le resulta muy fácil hacerse de 4 o 5 colaboradores para que testifiquen ante un tribunal, en un contexto como el nuestro, donde no existe un Estado de derechos y la administración de justica no es imparcial ni independiente. Los exhibidos en el reportaje de marras tienen muy mala facha, por cierto.

En una ocasión, José Daniel le manifestó a su esposa, los motivos que le esgrimió la policía política para arremeter contra él, y los mismos son: la realización de un activismo político continuado e intenso, apoyar las políticas contra la Habana del presidente estadounidense Donald Trump y sacarlo de circulación días antes de las amañadas elecciones del 20 de octubre pasado. El tinglado fabricado posteriormente, expuesto por el referido reportaje televisivo, pudo poseer diferentes dramaturgias, las mismas son circunstanciales. Todo este escarceo y las correspondientes descalificaciones, que recoge Dilbert en su trabajo periodístico, me recuerdan a las realizadas por los voluntarios de la época colonial contra los patriotas cubanos de entonces.

Para suerte de José Daniel, y por extensión para toda la emergente sociedad civil cubana, la solidaridad ha sido amplia. Me quiero detener en la resolución aprobada por el Parlamento Europeo. Eso es, en virtud del artículo 28 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos: “Toda persona tiene derecho a que se establezca un orden social e internacional en el que los derechos y libertades proclamados en esta Declaración se hagan plenamente efectivos”; este conglomerado de 28 países libres y democráticos estructuró su política exterior y de ahí su pronunciamiento condenatorio y legitimo en contra del totalitarismo cubano y sus desmanes.

A pesar de ser evidente, las violaciones de las libertades y derechos fundamentales, los europeos han venido lidiando trabajosamente, a través del Acuerdo de Diálogo Político y Cooperación, con su contraparte cubana, hasta que se produjo la detención de José Daniel, así como los tratos crueles, inhumanos y degradantes que ha recibido. Para bien de los amantes de la libertad, la resolución pone en otra perspectiva dicho Acuerdo... El sufrimiento de nuestro hermano de lucha está marcando un hito en la historia contemporánea, porque está sirviendo de acicate para que la comunidad democrática universal se active en favor de nuestra causa.

En nada creo superfluo abogar por una Cuba de todos los cubanos. No caigamos en la trampa oficial del odio y la intransigencia. José Daniel debe ser puesto en libertad porque ha ejercido sus legítimos derechos humanos, lo otro que viene desde arriba, está dado por una mentalidad de cuartel.