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23.02.09

¿El futuro es del peronismo de centroderecha?

El peronismo, reciclado nuevamente, esta vez como centroderecha portadora del orden, tiene todas las de ganar. Porque colecta votos ahí donde el poder K no lo hace, en los grandes y medianos centros urbanos y en la clase media rural, y a la vez "entra" en el Conurbano y en otros feudos pejotistas que hoy, todavía, reportan a los K.
Por Pablo Díaz de Brito

El 2009 será recordado probablemente como el año de los tercios. Un tercio para el poder K, otro tercio a Lilita-socialismo-radicalismo, un último tercio al PJ disidente-Macri-Felipe-De Narváez. Así viene la cosa, parece.

Pero la cuestión de fondo es el 2011 y lo que implica: ¿cómo gobernar el país? ¿Cómo plantearse como alternativa de gobernabilidad? ¿Con o sin peronismo? Hacerlo sin, como propone el eje Lilita-socialismo-radicalismo, es casi una renuncia a priori a ganar, o a gobernar con mediano exito si, de algún modo, se accediera a la Presidencia. Por esto, en el universo de gente de centroderecha de clase media, aparece con más interés el eje que comenzaron a tejer los tres líderes antecitados (Mauricio-Felipe-De Narváez). Con lo que se consolida un voto peronista de clase media urbana y rural muy amplio, desde Bahía Blanca a Cruz del Eje, desde Rosario a Capital. Pero también, y acá está la clave, en Quilmes y Lanús.

¿Por qué se perfila como ganador para 2011 un voto de este tipo en ese amplísimo arco geografico y social del país, en lugar de la alternativa de Lilita y sus aliados? Acá va un ensayo de respuesta.

Descontado el déficit de credibilidad en el ejercicio del gobierno nacional que tiene todo lo que provenga del radicalismo, hay una percepción de que los citados líderes centroderechistas van a poner más énfasis en temas como la inseguridad ciudadana y el restablecimiento del orden urbano perdido que Lilita y sus socios, aún vistos con un halo residual de progresismo porteño y bienpensante. "La gente" no quiere ni oír hablar de este desgastado discurso-cultura-impostura. Hay mucho hartazgo, y el viraje al centro de Lilita con la CC no alcanza. No alcanza en materia de derecho penal, por ejemplo.

Hay, sumado a esto, las limitantes propias del fenómeno Carrió-socialismo santafesino. En el Conurbano no entran, a duras penas en el interior de la provincia de Bs As, con Stolbizer. Y es en el Conurbano, el gran bastión pejotista, donde se dará la batalla decisiva, como es archisabido, y es ahí donde De Narváez y Felipe, arropados por Duhalde, pueden hacer buen pie. Felipe conoce el paño, puede hablarles a los habitantes del Conurbano en su lenguaje, Lilita, en cambio, les debe parecer llegada de Marte. Además, y en crudos términos de seguridad personal y social, el trío citado le garantiza algo a la clase media: que ellos saben manejar a los marginales, que saben cómo arreglar el desmadre de la inseguridad que generan esos marginales y a la vez pueden llegarle a la gente del Conurbano con políticas clientelares idénticas a las ejercidas en estos años por los K. "Contención", que le dicen, combinada con una buena dosis de "tolerancia cero" que la aterrorizada clase media baja de las periferias argentinas va a aplaudir a rabiar.

En resumen: el peronismo, reciclado nuevamente, esta vez como centroderecha portadora del orden, tiene todas las de ganar. Porque colecta votos ahí donde el poder K no lo hace, en los grandes y medianos centros urbanos y en la clase media rural, y a la vez "entra" en el Conurbano y en otros feudos pejotistas que hoy, todavía, reportan a los K. Néstor lo sabe. Y por eso se debe saber perdido, salvo un milagro económico, que sin embargo no está a la vista ni en los pronósticos de nadie.