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08.07.13

Snowden, Latinoamérica y asilo

(Prensa y Expresión) Más allá de juzgar si las acciones de Snowden son malas o buenas, lo cierto es que la aparente presión ejercida por el gobierno estadounidense tiene experiencias similares con las que se ejercieron en el caso de Julian Assange. Era evidente que los gobiernos del Unasur protestarían por el irrespeto hacia Morales y que estarían justificados con su perorata ideológica en contra de EE.UU. máxime cuando nadie cree que los gobiernos europeos tomaran sus decisiones con autonomía.
Por Ricardo Trotti

(Prensa y Expresión) La inaudita reacción de países europeos, Italia, Francia, Portugal y España, de no permitir que el avión del presidente Evo Morales pudiera recalar en sus aeropuertos, muestra lo intrincado que se ha transformado el caso de Edward Snowden, el ex contratista estadounidense que reveló los sistemas de espionaje que mantiene la Agencia de Seguridad Nacional y el Departamento de Estado estadounidenses.

Más allá de juzgar si las acciones de Snowden son malas o buenas, lo cierto es que la aparente presión ejercida por el gobierno estadounidense a esos países – previamente a las autoridades de Hong Kong y de Rusia - tiene experiencias similares con las que se ejercieron en el caso de Julian Assange tanto a nivel de gobiernos como de corporaciones.

Era evidente que los gobiernos del Unasur protestarían por el irrespeto hacia Morales y que estarían justificados con su perorata ideológica en contra de EE.UU. máxime cuando nadie cree que los gobiernos europeos tomaran sus decisiones con autonomía.

De antemano se sabía que Rafael Correa, quien dio asilo a Assange, sería el aliado natural de Snowden, aún si Snowden no le hubiera pedido el asilo. Todos esperaban su reacción favorable en teoría – como realmente sucedió – aunque sus intenciones no pudieron materializarse en la práctica, ya que el ex contratista debería, al menos, estar en territorio ecuatoriano para tener derecho al asilo, en la embajada ecuatoriana en Moscú. Se hubiera convertido en el país con dos asilados, pero inquilinos en sus territorios en el extranjero.

Era evidente que los países del ALBA saldrían a despacharse a favor de Snowden aún sin que este les solicitara una petición de asilo. Daniel Ortega se pronunció al respecto pero el ex contratista le solicitó a Nicaragua que lo acogiera, lo que evidencia que se trata de una genuina respuesta aunque todavía tendrían que analizarse los derechos y deberes ya que si bien el asilo es un derecho, también devenga deberes para el asilado.

El caso de Nicolás Maduro es diferente, declaró varias veces que Snowden no le pidió el asilo a Venezuela – tras su viaje a Moscú y posteriormente – sin embargo en una declaración grandilocuente durante los actos por el Día de la Independencia, se la ofreció públicamente como si Snowden fuera un trofeo de caza mayor. Por lo general, el asilo se pide, no se ofrece o si se lo ofrece, se lo hace de la manera más discreta posible.

Puede que Maduro haya acertado en hacer un paralelismo de la independencia histórica del país con la actual. Pero es evidente que en esa mezcolanza le comenzarán a llegar todo tipo de críticas, ya que – al igual que Correa – dice respetar y defender la libertad de expresión de Snowden, cuando se trata de un derecho del que no gozan gran parte de los venezolanos.

Fuente: (Prensa y Expresión)