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30.10.13

La integración más allá de las ideologías

(Análisis Latino) La Alianza del Pacífico es defendida por unos y atacada por otros. Se cuestiona si es el modelo de crecimiento e integración que debe aplicarse y los motivos que unen a los países. Sin embargo este fenómeno debe observarse dejando las ideologías de lado. En pocos meses el bloque parece demostrar que es una herramienta útil para la unión de las economías latinoamericanas, un aspecto no tan sencillo para otros procesos de integración, como el Mercosur.
Por Diego Telias

(Análisis Latino) Casi un año y medio transcurrió desde que en junio de 2012 los presidentes de cuatro países latinoamericanos (Colombia, Perú, Chile y México) acordaran la creación de un bloque regional en Atacama, Chile. Estas naciones, que representan un tercio del Producto Bruto Interno (PBI) de América Latina, se plantearon como objetivo el crecimiento comercial y el aumento de los contactos con la región de Asia Oriental. El bloque representa un mercado de 207 millones de consumidores y agrupa economías que tuvieron un gran crecimiento en los últimos años, con un modelo de apertura económica que se mantiene, más allá del partido que se sitúe en el poder. En este corto tiempo ya son siete las cumbres que se han celebrado, la última de ellas en Cali, Colombia. Unirse sin aislarse del mundo parece ser la meta y porque no el camino de los países latinoamericanos.

La última reunión en mayo apuntó a la integración regional en el área del comercio pero no excluyendo otros ámbitos como el turismo, aspectos diplomáticos e intercambio de información. Intentando dejar de lado la confrontación ideológica pero no la lucha contra la pobreza, se intentó abrir la puerta a nuevos socios, el primero será Costa Rica. Las metas crecen día a día con el principal objetivo de constituir un espacio libre de circulación de personas, servicios y bienes. Además los países ampliaron la red de oficinas comerciales conjuntas, dándole coordinación a las estrategias de exportación. Las becas para estudiantes, el visado único con validez para los cuatro países, la lucha contra la corrupción y la evasión de impuestos, también constituyen elementos fundamentales de la Alianza. Un claro ejemplo de los avances es que las negociaciones arancelarias llegaron a buen puerto, alcanzando el 100% de la desgravación (92% inmediata y 8% en plazos).

Los mandatarios de estos cuatro países buscan dar pasos sólidos para cumplir objetivos sensatos y no vivir situaciones como las de otras organizaciones latinoamericanas. El Mercosur, creado por Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay, es el bloque más grande de Latinoamérica y este año concretó el ingreso de Venezuela. Sin embargo las barreras de protección que se imponen entre los socios y las disputas internas frenan el dinamismo de la organización. Tal es así que algunos políticos oficialistas en Uruguay y Paraguay gustarían de subirse al barco rumbo al Pacífico. Si bien los integrantes de la Alianza del Pacífico afirman que no intentan ser una alternativa de otros procesos, los países buscan tomar distancia del ALBA y de la hegemonía continental de Brasil, representada en el Mercosur. De esta manera, Chile, Colombia, México y Perú conformaron un bloque sólido que actualmente representa el 3.5 % del PBI mundial y la octava economía.

En las últimas semanas el presidente de Bolivia, Evo Morales, alzó su voz contra el bloque pacífico. Según el mandatario boliviano, la Alianza del Pacífico es una conspiración proveniente desde el norte para dividir a la UNASUR. Las críticas de Morales también apuntan al modelo económico y la creación de un mercado de “consumidores”. Se podrá discrepar o no con la forma de llevar adelante la economía y se debatirá sobre las instituciones, la pobreza y la desigualdad del continente, pero a nadie le quedan dudas de la necesidad de unir las economías de los países y brindarle un rumbo hacia el pacífico, congeniando con otras economías subdesarrolladas. En ese sentido, la alianza demuestra mayores avances, sólidos y pragmáticos. Seguramente, encontrar el camino del medio entre el infantilismo de izquierda que todo lo relaciona con Estados Unidos y el modelo neoliberal que tanta desigualdad trajo a tierras latinoamericanas, debería ser el objetivo de todo proyecto de unión latinoamericana.

La integración con Asia genera expectativa por ser un continente con problemas y desafíos similares, pero que además brinda oportunidades. Más allá de ideologías, el continente asiático puede unir a los países latinoamericanos, por ello la importancia de la Alianza del Pacífico. Hay quienes ya denominan a Chile, Colombia, Perú y México como los tigres de Latinoamérica, haciendo un paralelismo con los países que lograron un gran crecimiento en Asia Oriental. Sin embargo, es clave que las naciones que entren cumplan con los requisitos y objetivos para que no se desnaturalice la agrupación mientras crece. No caben dudas que este es el momento de América Latina para cerrar las brechas de la desigualdad en cada uno de los países. Para superar este problema endémico la unión de las economías es clave, y al parecer la estrategia de la Alianza del Pacífico sería más adecuada que la de Mercosur.