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03.12.13

Recalculando: «jarabe rancio neoliberal», una ministra «militante» y Capitanich corriendo detrás de los diarios

(DyN) Los comentarios dominicales no deben haber gustado demasiado en Olivos: se habló mucho no sólo del ajuste, sino de las reservas declinantes, del nuevo apetito por el endeudamiento y de la tablita cambiaria, todos términos muy irritativos que empezaron a espantar a la militancia.
Por Hugo E. Grimaldi

(DyN) Pasaron sólo dos semanas del aire fresco que aportó el nuevo Jefe de Gabinete de ministros al Gobierno y hoy, como si lo hubieran acomodado fuerte durante el fin de semana, Jorge Capitanich dejó de lado el pragmatismo y hasta la vivificante independencia que mostraba, para retomar la senda del relato.

"Ahí es dónde yo quisiera poner mucho énfasis. Cuando se habla del fin del relato y del inicio de un proceso de ajuste, le pregunto al pueblo argentino: ¿qué ajuste?", se acaloró.

Los comentarios dominicales no deben haber gustado demasiado en Olivos: se habló mucho no sólo del ajuste, sino de las reservas declinantes, del nuevo apetito por el endeudamiento y de la tablita cambiaria, todos términos muy irritativos que empezaron a espantar a la militancia.  

Con Capitanich se paró la sangría rumbo al feudo de Sergio Massa, pero se le empezaron a caer al Gobierno algunos soldados por izquierda.

De allí que, probablemente por este motivo, se haya llenado el casillero del ministerio de Seguridad, con María Cecilia Rodríguez, según Agustín Rossi "un excelente cuadro político y militante" y que Axel Kicillof dijera en la UIA que la solución para los problemas de la Argentina es dejar de lado "los manuales que proponen el jarabe rancio del neoliberalismo".

Y también que se haya considerado que se le había dado demasiado soga al chaqueño.

En medio de todo este cimbronazo en el corazón del relato, más acotado y haciendo gala de su cintura política y mediática, el Jefe de los ministros esta vez abordó la conferencia de prensa matinal de forma diferente, según se pudo observar:

a) por primera vez, el chaqueño no instaló temas, sino que bajo el paraguas de "la polémica" se dedicó a refutar los titulares de los diarios, tal como le gusta al kirchnerismo de paladar negro, con estadísticas discutibles y embarrando la cancha.

b) también apeló a otro clásico K, ya que sacó de foco uno de los temas hacia una referencia lateral, como en el caso de los Estados Unidos, que supuestamente no debería estar preocupado por las reservas argentinas, dijo, porque su deuda pública supera más del cien por ciento del PIB y, en segundo lugar, porque ha triplicado la base monetaria.

c) defendió el uso de reservas y exageró que se hizo la reestructuración de deuda "más exitosa de la historia de la humanidad".

d) apuntó a los cerealeros que retienen operaciones y como si no lo supieran, les advirtió que "la tendencia en el precio de liquidación de soja es decreciente", cuando el origen de la especulación es la tablita cambiaria acelerada que busca achicar la brecha cambiaria.

e) para Capitanich, la negociación con Repsol no es arreglar para poder endeudarse con el mundo, sino la "consolidación de un instrumento de pago", mientras que, si hay alguien que deberá pagar más las tarifas, no será porque éstas aumenten, sino porque "lo único que hacemos es reducir los subsidios".

f) también defendió los acuerdos de precios, las negociaciones colectivas y reivindicó los retoques que se hicieron en Ganancias en agosto.

g) fue a fondo con tres temas K, como para demostrar por dónde pasan las lealtades: felicitó a la gobernadora electa de Santiago del Estero, Claudia Zamora; explicó que la designación del sacerdote Juan Carlos Molina en el Sedronar tiene un "componente asistencial" separado de la seguridad y, nada de revolución, le bajó la temperatura a la inserción de publicidad privada en Fútbol para Todos.

Casi todo un manual de kirchnerismo auténtico. Atenuado, es verdad, por su cintura, pero si se es parte de un Gobierno, al fin y al cabo quien deberá amoldarse es él. Así, se lo deben haber explicado a Capitanich este fin de semana, desde mucho más arriba.

Fuente: Agencia DyN (Buenos Aires, Argentina)