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20.12.13

¿Ahora Sanz?

(7 Miradas) ¿Qué le puede agregar a Sanz ser presidente de su partido? Varias cosas. En primer lugar, en el radicalismo –más institucional que el peronismo- el rol partidario no es menor, lo cual da un plus. Sobre todo porque la gran mayoría de la dirigencia de base cree que el senador debe ser su estandarte en la presidencial. Además, la jefatura da protagonismo y la sociedad termina oliendo a los líderes en la medida que estén en la palestra.
Por Carlos Fara

(7 Miradas) El lema de la campaña de Raúl Alfonsín en 1983 fue “Ahora Alfonsín”. El viernes 13 de diciembre pasó a ocupar el cargo de presidente del radicalismo el senador mendocino Ernesto Sanz, en reemplazo del santafesino Mario Barletta, uno de los artífices de la recuperación del partido centenario.

La UCR llega a la presidencial de 2015 en su mejor momento. Cobos volvió, la diáspora se fue diluyendo, volvió a ser competitivo en el interior, el partido tiene sus internas pero ha recuperado vigor, y va camino a una natural alianza con sus socios progresistas. Cualquier encuesta va a decir que dentro del radicalismo hay sobre todo un candidato que es Cobos, por conocimiento, por proyección en el electorado, y porque acaba de ganar en Mendoza con una diferencia enorme. Sin embargo, como ya analizamos anteriormente en la columna “No positivo”, el posicionamiento del ex vice de CFK tiene serios problemas.

Con datos actualizados de diciembre podemos decir que su imagen sigue siendo más negativa que positiva, y oscilante: subió a 31% en septiembre después de las PASO, bajó a 23 en octubre y vuelve a 32% ahora después de volver a ganar en la general. Como puede verse, las alegrías no le duran mucho, y tampoco son muy grandes. Además no solo no tuvo oportunidad de disputar la presidencia de su propio partido, sino que además fracasó en su intento de obtener la jefatura del bloque de diputados nacionales. Mal comienzo para alguien que quiere mostrar liderazgo a la sociedad.

Uno podría decir, ¿y qué le puede agregar a Sanz ser presidente del partido? Varias cosas.

En primer lugar, en el radicalismo –más institucional que el peronismo- el rol partidario no es menor, lo cual da un plus. Sobre todo porque la gran mayoría de la dirigencia de base cree que el senador debe ser su estandarte en la presidencial.

En segundo lugar, porque la presidencial tenderá a ser una pelea entre jefes de espacios políticos. Massa lo es, Macri lo es, Binner también. Scioli no. Y Cobos no lo es, ni lo será (al menos por varios meses).

En tercer lugar, la jefatura da protagonismo. La sociedad termina oliendo a los líderes en la medida que estén en la palestra. La presidencia del radicalismo asegura eso de acá a 2015, sobre todo si además se tiene vocación presidencial.

Pero Sanz no es muy conocido. Es verdad. Los consultores somos unos obsesivos observadores de espacios vacíos y oportunidades. El grado de conocimiento no importa tanto en esta etapa como el potencial de perfil para entusiasmar al público que no quiere en 2015 a alguien que sea peronista o kirchnerista. Eso no se ve en las encuestas. Se ve con otra metodología: los grupos focales. Ahí se revela un potencial de liderazgo y sintonía con los valores de clase media bien interesante.

¿Con eso alcanza? Ni por casualidad. La política es un entramado complejo, delicado y de largo plazo, que requiere orfebres con paciencia y finura. Esto recién empieza. A acomodarse bien en la butaca porque la película es larga.

Fuente: 7 Miradas (Buenos Aires, Argentina)