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11.05.14

Elecciones en Panamá: continuismo económico pero con cambios

El presidente electo, Juan Carlos Varela, apela a la congelación de precios de la canasta básica, el plan de conexión de agua potable y la extensión del sistema ferroviario entre otras cosas. En este proceso electoral, el ganador parece ser la libre opción y el cambio.
Por Diego Telias

El próximo 1° de julio tomará las riendas de Panamá el actual vicepresidente Juan Carlos Varela. Este hombre de 51 años, padre de tres hijos y educado en un colegio jesuita, se presentó como candidato de la alianza de los Partidos Panameñista y Popular. Ingeniero industrial, graduado en Estados Unidos, fue compañero de fórmula presidencial del actual presidente Martinelli, ganador de los comicios de 2009. Luego de haber sido Ministro de Relaciones Exteriores durante dos años, Varela rompió con su aliado, destruyendo la alianza entre el Partido Panameñista y el Centro Democrático. El futuro presidente se separó del gobierno cuando Martinelli comenzó a buscar su reelección.

El derrotado en la jornada electoral fue José Domingo Arias. El delfín de Martinelli y candidato del gobernante partido Centro Democrático obtuvo un 32% de las preferencias. Justamente la compañera de fórmula de Arias era Marta Linares, esposa del actual mandatario Martinelli, lo cual causó varias críticas al presidente. Sus opositores denominaron este movimiento como una reelección disfrazada. En tercer lugar finalizó Juan Carlos Navarro (27%) del socialdemócrata Partido Revolucionario Democrático. Los restantes cuatro candidatos no llegaron al 1%. Más allá de algunas denuncias por sospechas de compra de votos, la jornada electoral transcurrió de forma pacífica. Cabe destacar que el padrón de 2.5 millones de habitantes elegía 724 cargos (diputados, concejales, representantes y alcaldes).

Crecimiento económico de Panamá

A pesar de una buena aprobación del gobierno de Martinelli, su administración fue tachada de autoritaria por sus oponentes. El millonario, dueño de una cadena de supermercados, estrechó su poder en el legislativo y en el ámbito judicial. Su partido comenzó la legislatura con 17 diputados y hoy tiene el apoyo de 46, en lo que sus adversarios denominan compra de conciencias. Su capacidad de mando y ejecución le propició también varios enfrentamientos con distintos sectores. Fue duro el conflicto entre las fuerzas policiales y etnias por el proyecto hidroeléctrico - minero así como la huelga de 70.000 obreros de la construcción que paralizaron diversas obras reclamando por incremento de salario y quejándose por el aumento del costo de vida.

El panorama financiero fue el fuerte de Martinelli. Panamá es actualmente un país emergente con nuevas oportunidades, un centro financiero y de transporte con un boom inmobiliario que lo posiciona como la Singapur de Centroamérica. La economía ha tenido un gran crecimiento con un promedio de 8% de 2006 a 2013, uno de los más altos en la región. Modernas carreteras, rascacielos y megaproyectos marcan la actualidad panameña. Sin embargo no debemos olvidar que alrededor de uno de cada tres ciudadanos viven bajo la línea de pobreza con diversos problemas en lo que refiere a acceso a salud y educación de buen nivel.

La alternancia en el poder ha sido característica en Panamá. En la historia contemporánea ningún partido triunfó dos veces consecutivas. El voto castigo, por supuesto enriquecimiento ilícito, dejó a Martinelli sin la continuidad anhelada. Varela aparece en escena como abanderado de cierto continuismo económico pero con algunos cambios. La nueva puesta en marcha de la ampliación del Canal de Panamá permitirá al gobierno adelantar proyectos sociales prometidos en campaña. El nuevo mandatario apela a la congelación de precios de la canasta básica, el plan de conexión de agua potable y la extensión del sistema ferroviario entre otras cosas. En este proceso electoral, el ganador parece ser la libre opción y el cambio. América Latina ya tiene varios gobernantes que intentan perpetuarse en el poder, no necesita uno más.