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29.10.14

Nueva victoria de Tabaré Vázquez

(El País) La apuesta de Vázquez a la continuidad, la prudencia y la estabilidad de las grandes políticas macroeconómicas tuvieron más peso que las falencias en otras áreas de la agenda pública. Las encuestas, pues, no lograron advertir que el electorado poco cambió en sus preferencias con respecto a 2009, en un país renuente a los cambios drásticos y que, no por casualidad, es el que tiene las instituciones más estables dentro del Mercosur.
Por Ricardo López Göttig

(El País) Cuando las urnas se abrieron, la gran sorpresa de la elección presidencial y legislativa uruguaya fue que el electorado no expresó grandes cambios con respecto al 2009. Las encuestas habían anticipado que el Frente Amplio alcanzaría el 42%, sin mayoría parlamentaria; no obstante, las proyecciones de la Corte Electoral, ya habiendo sido escrutado el 98%, es que la coalición de izquierda obtuvo el 47,9% de los sufragios, lo que se traduce en 50 de los 99 diputados y 15 de los 30 senadores. Dado que Tabaré Vázquez no llega a la mitad más de uno de los votos, deberá enfrentar en una segunda vuelta a Luis Lacalle Pou, del Partido Nacional (blanco), el domingo 30 de noviembre.

Los dos grandes partidos tradicionales, que tienen más de un siglo y medio de existencia, apenas han modificado sus resultados anteriores. El Partido Nacional llegó al 30,9%, con dos puntos arriba de lo que obtuvo Luis Alberto Lacalle Herrera en el 2009; en tanto que el Partido Colorado, que nuevamente llevó como candidato presidencial a Pedro Bordaberry, retrocedió cuatro puntos, de 17 a 13%, lo que se traduce también en pérdida de escaños en las dos cámaras. Probablemente haya habido votantes colorados que sufragaron por el joven candidato blanco Lacalle Pou que, con un discurso de mucho optimismo y sin ánimo de confrontación, resumido en su slogan “Por la positiva”, entusiasmó a parte de la opinión pública.

El candidato presidencial colorado expresó su apoyo a Lacalle Pou en la segunda vuelta, pero la ventaja de Tabaré Vázquez será muy difícil de vencer. Su estrategia electoral ya se conoció el domingo en la noche, cuando lanzó el nuevo slogan “Uruguay unido por la positiva” y adelantó su disposición a dialogar con otras fuerzas, en un discurso en el que trazó puentes hacia los colorados, el Partido Independiente y otras expresiones sin representación parlamentaria.

La campaña electoral conjunta de blancos y colorados puede ser un buen anticipo de lo que será la elección departamental del año próximo, ya que las fuerzas tradicionales crearon el Partido de la Concertación para competir unidos por la intendencia de Montevideo, en donde gobierna el Frente Amplio desde hace 25 años. Aunque el resultado fuera adverso para la oposición en la segunda vuelta, la gimnasia de cooperar les puede resultar útil para superar las distancias que los separan.

El escenario parlamentario se volvió más complejo por el ingreso de la Unidad Popular, ubicado a la izquierda del FA, y el incremento de la bancada del Partido Independiente, de centroizquierda, que estaría obteniendo su primer curul en la cámara alta. Dentro del Frente Amplio se consolidó el MPP, el Movimiento de Participación Popular liderado por José Mujica, quien encabezaba la lista de senadores, seguido de lejos por las expresiones socialdemócratas del Frente Líber Seregni y el Partido Socialista.

Para contener a la izquierda dentro del Frente Amplio –un paraguas que cobija desde el comunismo a la socialdemocracia, incluyendo a los ex guerrilleros tupamaros-, Tabaré Vázquez ya adelantó que el ministro de Economía será el actual vicepresidente Danilo Astori, quien lo acompañó en esa función en el primer quinquenio. Esta ubicación en la proximidad del centro ideológico es lo que le permitió ganar las elecciones a pesar de la insatisfacción de la opinión pública con el deterioro de la seguridad y la educación: la apuesta de Vázquez a la continuidad, la prudencia y la estabilidad de las grandes políticas macroeconómicas tuvieron más peso que las falencias en otras áreas de la agenda pública.

Las encuestas, pues, no lograron advertir que el electorado poco cambió en sus preferencias con respecto a 2009, en un país renuente a los cambios drásticos y que, no por casualidad, es el que tiene las instituciones más estables dentro del Mercosur.

Ricardo López Göttig es Doctor en Historia y analista de CADAL (Centro para la Apertura y el Desarrollo de América Latina). Twitter: @lopezgottig

Fuente: El País (Madrid, España)