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12.03.15

Radicales en remojo

(7 Miradas) Dadas las características sociológicas del voto radical -en particular- y del voto de clase media que votará en contra del kirchnerismo -en general- se puede decir que esos votos no son de nadie, y por lo tanto no aguardarán la definición de los dirigentes partidarios para definir su opción.
Por Carlos Fara

(7 Miradas) Se anuncia como el gran evento político que podría definir la elección ¿Qué va a pasar con la convención radical del próximo sábado en Gualeguaychú?

Hay demasiada expectativa, lo que puede hacer es que no satisfaga a nadie.

Vamos a la evidencia empírica:

  • El 40% de los que votaron a Alfonsín en 2011 ya se fue con Macri, mientras que el resto está repartido;
  • El 30% de los que se consideran simpatizantes radicales votan a Macri en primera vuelta, y el resto se distribuye entre varios;
  • En ambos segmentos ya no hay indecisos;

Sanz no llega al 1% de intención de voto, de modo que su arrastre es irrelevante.

Conclusión 1: el voto radical ya está definido: una porción sustancial (no la mayoría) ya se fue con Macri y el resto va a otros lados.

Dadas las características sociológicas del voto radical -en particular- y del voto de clase media que votará en contra del kirchnerismo -en general- se puede decir que esos votos no son de nadie, y por lo tanto no aguardarán la definición de los dirigentes partidarios para definir su opción.

Ahora ¿qué piensa el electorado que deberían hacer los radicales?

El 33% cree que deberían ir solo con los de UNEN, el 17% piensa que deberían ir con Macri y el 12% con Massa, mientras que el 38% no tiene opinión sobre el tema.

  • Si se toma a los votantes de Alfonsín de 2011, el 37% cree que deberían ir con Macri y el 32% con UNEN;
  • Si se toma a los simpatizantes radicales, el 34% opta por Macri y el 28% por UNEN;
  • Si se toma a los votantes de UNEN hoy, el 51 % piensa en quedarse en la propia coalición, y el 19 % ir con el PRO.

Conclusión 2: no hay una gran definición, y en todo caso refuerza la conclusión 1.

Pero como la política no termina en los votos, sino que además es estructuras, por supuesto que el radicalismo puede ponerlas a disposición de otro candidato. Sin embargo, la cuestión es: ¿quién pondría su estructura a disposición de alguien que no parece que no ganará (sea quien sea)?

Respuesta de realpolitik: casi nadie. Entonces, lo que decida el partido este sábado 14 tampoco cuenta mucho, porque llegado el momento los caciques harán sus cuentas pragmáticamente, y no habrá dios que los convenza de lo contrario.

Conclusión 3: mejor observar este proceso electoral con paciencia porque, como dicen los relatores de beisbol en USA, “esto no se acaba hasta que se acaba”.

Fuente: 7 Miradas (Buenos Aires, Argentina)