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15.04.16

Uribe dispara en Twitter

(El País/España) Su lenguaje, tan tosco como feroz, intenta desacreditar a cualquiera que tenga a bien criticarlo, hurgar sobre los aspectos más controvertidos de su administración como presidente de Colombia o establecer vínculos suyos y familiares con oscuros personajes. Uribe no tiene piedad y descarga en 140 caracteres una andanada de improperios y acusaciones contra el que se arriesgue a cuestionarlo.
Por Carlos Lauría

(El País/España) Ante la consulta del periodista, en una entrevista publicada en diciembre de 2013, el senador y ex presidente de Colombia Álvaro Uribe Vélez respondió: “¿Quiere que le cuente el peligro del Twitter? Es como tener un revólver montado. Entonces uno muchas veces procede sin toda la reflexión”. A confesión de parte, relevo de pruebas, es una expresión que significa que quien revela algo libra a la contraparte de tener que probarlo. En estos dos últimos años, según se desprende de su conducta en las redes sociales, el ex mandatario sigue con el dedo en el gatillo.

La vehemencia con la que arremete y vilipendia a sus críticos en la red social Twitter ya se ha convertido en costumbre desde que inauguró su cuenta @AlvaroUribeVel el 6 de mayo de 2010, tras abandonar la presidencia. Con más de cuatro millones de seguidores, Uribe busca dirimir la mayoría de sus disputas con sus contrincantes en la política, la justicia y el periodismo sometiendo a sus críticos al escarnio público.

Su lenguaje, tan tosco como feroz, intenta desacreditar a cualquiera que tenga a bien criticarlo, hurgar sobre los aspectos más controvertidos de su administración como presidente de Colombia o establecer vínculos suyos y familiares con oscuros personajes. Uribe no tiene piedad y descarga en 140 caracteres una andanada de improperios y acusaciones contra el que se arriesgue a cuestionarlo.

Una de sus más recientes víctimas fue un columnista del diario El Espectador, Yohir Akerman, quien hizo referencia en una de sus columnas a la aparición del nombre del ex presidente en una lista de la Agencia de Inteligencia del Pentágono que incluía a más de cien personas relacionadas, conectadas o que trabajaban directamente bajo las órdenes del cartel de Medellín. Uribe negó cualquier vínculo y su respuesta no se hizo esperar: Calificó a Akerman en Twitter como un “desteñido militante del ELN que busca notoriedad con la honra de los míos y la personal”.

El periodista colombiano Daniel Coronell, vicepresidente ejecutivo y director ejecutivo de noticias de la cadena Univisión, rechazó la acusación contra Akerman en su columna en la revista Semana donde afirmó que “el señor ex presidente Uribe sabe que no tiene que explicar nada, solo contraatacar con una calumnia”.

La columna en Semana, a su turno, desató la ira del presidente Uribe. Y su próxima víctima pasó a ser uno de sus críticos más acérrimos. En los últimos días la cuenta de Twitter de Uribe abunda en ataques furibundos, acusaciones infundadas y afirmaciones extravagantes. Uribe acusa a Coronell de criminal, de recibir contratos millonarios por parte del Presidente Juan Manuel Santos mientras que se lamenta por no haberlo extraditado cuando fue presidente. Coronell, un periodista avezado y con espaldas anchas tras años de soportar este tipo de embate, respondió afirmando que Uribe miente y no ha logrado sostener ninguna de sus acusaciones con evidencia.

Tanto en sus mandatos presidenciales como en esta etapa como senador, Uribe ha mantenido una relación extremadamente combativa con sus críticos. Hipersensible frente a los puntos de vista disidentes, Uribe ha desplegado un vasto dispositivo de ataques verbales contra los periodistas que criticaron las políticas de su gobierno o que lo cuestionan por sus posturas en el Senado, según la investigación del CPJ. Durante su presidencia, las reiteradas acusaciones pusieron en peligro las vidas de conocidos periodistas, incluyendo a Coronell, Gonzalo Guillén y Hollman Morris.

Durante la entrevista publicada a fines de 2013, Uribe reconoció que “el riesgo de estas redes sociales es que le dan a uno la oportunidad y lo incitan a reaccionar a las primeras impresiones”. Admitió entonces que “eso también lo hace a uno correr riesgos, incurrir en errores e imprudencias. En eso hay que tener mucho cuidado”, advirtió Uribe. Tales afirmaciones se contradicen notoriamente con su comportamiento en Twitter donde el senador incurre casi en forma constante en errores e imprudencias. Es evidente que, a diferencia de lo que sostiene, Uribe no tiene ningún cuidado en manchar la reputación de sus críticos con acusaciones sin fundamento.

* Carlos Lauría es Director de Programa y Coordinador Sénior del Programa de las Américas del Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ). Twitter: @CPJAméricas

Fuente: El País (Madrid, España)