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20.06.17

Derecho de los niños: el matrimonio infantil es ahora ilegal en Trinidad y Tobago

El pasado 9 de junio, el país prohibió los matrimonios infantiles. Hasta ese momento la edad mínima para casarse era de 12 años para las mujeres y 14 para los hombres y Trinidad y Tobago era uno de los ocho países en el mundo en donde estaba permitido el matrimonio desde tan temprana edad.
Por Melissa Kuris

En Trinidad y Tobago hay varias religiones presentes. Si bien las dos mayores son el catolicismo y el hinduismo, también se practica la fe musulmana, presbiteriana, mormona e incluso algunas afrocaribeñas. Esa confluencia religiosa fue la que atrasó, hasta el pasado 9 de junio, una ley por la que se aclamaba desde hace un largo tiempo: la ilegalidad del matrimonio infantil.

En enero, el fiscal general Faris Al-Rawi anunció un proyecto de ley para armonizar las leyes de matrimonio vigentes en el país. Se establecía una edad mínima legal para casarse equivalente a 18 años, sin excepciones. Ese mismo mes, el proyecto fue aprobado en el Senado y se lo encomendó al Parlamento del país para que iniciaran las deliberaciones.

El 9 de junio la ley fue aprobada por unanimidad y se prohibió así el matrimonio infantil en Trinidad y Tobago. La nueva normativa enmienda la Ley Matrimonial de 1923, así como las leyes de matrimonio y divorcio musulmán, de matrimonio hindú y de matrimonio orisha. Lo único que resta ahora es su promulgación.

Hasta este momento, en el país existía una serie de contradicciones e inconsistencias en torno a la temática. La principal es producto de las cuatro leyes que regulaban, de forma simultánea y despareja, la edad mínima para casarse. Esto ponía al país entre uno de los ocho en el mundo en donde estaba permitido el matrimonio infantil a partir de una muy temprana edad, junto a Irak (9 años), Arabia Saudita y Sudán (10).

El principal estatuto vigente era la Ley de Matrimonio de 1923, que rige las uniones cristianas y civiles y fija un mínimo para casarse de 18 años con excepciones por motivos religiosos. Pero además se encuentran la Ley de Matrimonio y Divorcio Musulmán, que establece la edad mínima a los 12 años para las mujeres y 14 para los hombres; la Ley de Matrimonio Hindú, que instituye la mínima de 14 para las niñas; y la Ley de Matrimonio Orisha, que fija un mínimo de 16 para las mujeres.

Sin embargo, Trinidad y Tobago es signatario de la Convención para los Derechos del Niño (CDN), un tratado internacional de las Naciones Unidas que aboga por la protección de la infancia y los derechos de los menores. Todos los países firmantes se comprometen a hacer lo posible para que los niños gocen plenamente de sus derechos. Y, según el artículo primero de la CDN, un niño es toda persona que no haya cumplido 18 años.

A pesar de esto, no fue hasta 2016 que el Parlamento decidió elevar la edad para el consentimiento sexual de 16 a 18 años; aunque siguió en vigor la ley de 1923. Quedaba en vigencia una contradicción: se reconoció que los jóvenes no eran lo suficiente maduros para consentir a un acto sexual, pero se los consideraba maduros para contraer matrimonio desde los 12 años si estaba presente el aval de los tutores.

De acuerdo con el diario Trinidad Express, entre 1996 y 2016 se celebraron 3478 matrimonios infantiles. De ese número, casi un 98% eran niñas, lo que arroja un promedio de 170 mujeres menores de edad casadas cada año. De manera concordante, Unicef declaró que en el período 2002-2012 el 8% de las mujeres de Trinidad y Tobago se casaron antes de cumplir 18 años.

Frente a este panorama, la delegación de Trinidad y Tobago explicó en el 33er periodo de sesiones del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, que se celebró en julio de 2016, que el matrimonio infantil en el país era un tema muy delicado debido a las normas y valores provenientes de la confluencia religiosa en el país.

De todos modos, se afirmó que con la reforma de la Ley de la Infancia –que elevó a 18 la edad en que una persona es considerado un niño, conforme a las normas internacionales– se revisarían otras prácticas que no respetaran ese límite. Casi un año después de estas declaraciones, se dio el primer paso para el cambio y para asegurar a los niños los derechos que les corresponde.