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08.08.19

Cambio climático: Una nueva amenaza para la paz en el mundo

En los últimos siete años la paz en el mundo cayó sobre todo por las categorías de «Conflictos en marcha» y «protección y seguridad», algo que con todos los males que trae consigo el cambio climático podría aumentar las posibilidades de conflictos internos o externos por recursos, generando mayor violencia y desplazamientos.
Por CADAL

Durante los próximos tiempos el cambio climático puede ser una mecha que encienda muchos conflictos a nivel global. Un mundo marcado por la subida de temperaturas, el mar ganándole cada vez más terreno a las costas y el paradigma de que mientras en algunos lugares se sufra de sequias crónicas otros tengan que lidiar con abundantes inundaciones son amenazas de origen antropológico que generarán impactos en la disponibilidad de recursos, la seguridad de los medios de vida y la migración.

Esta llamada de atención la realiza el Institute for Economics & Peace en la última publicación del Índice de la Paz Global (IPG). Este think tank señala cómo en los últimos siete años la paz en el mundo cayó sobre todo por las categorías de Conflictos en marcha y protección y seguridad (lo que en ingles sería societal safety and security), algo que con todos los males que trae consigo el cambio climático podría aumentar las posibilidades de conflictos internos o externos por recursos, generando mayor violencia y desplazamientos.

Proyecciones compartidas por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático exponen que una temperatura mayor a 34.7 grados Fahrenheit en 2050 resultaría en 243.3 millones de personas (el 4% de la población mundial) experimentando nuevos o agravados problemas de escasez de agua debido a cambios en los niveles de escorrentía. Si la temperatura sube más de 35.6, significaría lo mismo pero para el doble de la población. Este escenario afectaría sobre todo al continente africano.

Acá la solución se encontraría con la cooperación regional. Regiones sin acuerdos sobre los recursos hídricos compartidos están en riesgo, como el Medio Oriente y el norte de África donde el crecimiento de la población y el pobre control institucional del agua han exacerbado las vulnerabilidades ambientales. Por otra parte, la tensión en los ríos Tigris y Éufrates es posible de escalar por las represas turcas que dejan con menor agua a Iraq, Irán y Siria.

Otro reto a la estabilidad que desencadena el cambio climático son los desastres naturales que no dejan otra opción a la población que migrar para encontrar nuevas posibilidades de vida. Solo en 2017 se calcula que 18.8 millones de personas se vieron forzadas a desplazarse de sus hogares por una causa de este tipo, dejando a las migraciones por conflictos y violencia en un segundo lugar con 11.7 millones.  

En este sentido un caso para destacar es el de México. Entre 2002 y 2012 cinco millones de pequeños trabajadores rurales fueron afectados por fuertes variables climáticas, sobretodo sequias. La respuesta fue la migración interna o hacia Estados Unidos. En este aspecto es vital tanto la disposición como la capacidad de los estados receptores para emprender adecuadas políticas receptivas.

El cambio climático presenta un gran espectro de amenazas globales que van desde la salud humana hasta la economía pasando por la biodiversidad y demás cuestiones que se ven comprometidas por la propia acción del ser humano. El Institute for Economics & Peace brinda un adelanto de un futuro más violento si no se cambia el rumbo.