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04.11.19

Argentina: ganadores y perdedores reacomodan sus alianzas en el Congreso

Donde la situación va a ser más ajustada será en la cámara baja. Las mayores especulaciones giran en torno a la solidez interna de cada frente, ambos están formados por partidos heterogéneos por lo cual ni el apoyo de los propios va a estar siempre garantizado. En una sociedad polarizada como la argentina, iba a ser difícil que el Congreso no se presente de la misma forma.
Por CADAL

Si para gobernar se necesitan consensos, el lugar por excelencia para formarlos es el Congreso Nacional. Durante su mandato, el presidente saliente Mauricio Macri expresó como un logro el haber podido formar acuerdos importantes pese a haber estado en minoría, y el ahora presente electo Alberto Fernández se encontrara frente a un desafío similar al no haberse repetido el gran margen diferencia que hubo entre ambos en las primarias. Los 8 puntos que en las elecciones generales Juntos por el Cambio (JxC)  le recortó al victorioso Frente de Todos (FdT) gracias a los votantes que no habían acudido en las primarias y a la polarización que impidió que las fuerzas más a la derecha del espectro político pudieran sumar legisladores, terminó formando un bifrentismo que obliga al nuevo oficialismo a mantener la cohesión interna a la vez que salir a buscar el apoyo legislativo restante si es que quiere impulsar sus políticas desde el parlamento.

Donde la situación va a ser más ajustada será en la cámara baja. Sin mayorías absolutas, el Frente de todos quedó como la segunda minoría con 112 diputados frente a los 119 de Juntos por el Cambio y a 17 del quorum propio.  No obstante, lo más probable es que la formación de alianzas con otros bloques provinciales afines pueda hacer que el FdT supere a JxC pero sin llegar al quorum.

Las mayores especulaciones giran en torno a la solidez interna de cada frente, ambos están formados por partidos heterogéneos por lo cual ni el apoyo de los propios va a estar siempre garantizado. En JxC hay dudas con respecto a si los espacios que se vieron relegados durante la gestión ahora buscarán un mayor protagonismo dentro del bloque o inclusive formar uno nuevo. En particular existe desde hace tiempo un resentimiento entre legisladores peronistas que en los últimos cuatro años han sido oficialistas pero que al verse relegados en la dirección de la coalición y en el armado de las listas ahora ven con buenos ojos acercarse al FdT agrupándose como una oposición paralela muy dialoguista. De ser así darían lugar a un espacio parecido al puñado de nuevos legisladores por Consenso Federal que en las elecciones hicieron campaña por el ex ministro de economía Roberto Lavagna.

En relación a los liderazgos del JxC, Mauricio Macri no tiene entre sus planes salir del escenario político.  Sí lo tenía unos días atrás, pero la mejora de los resultados que tuvo con respecto a las primarias le hizo cambiar de parecer. Habrá que ver como eso convive con las aspiraciones que tengan otras figuras importantes dentro del PRO como María Eugenia Vidal, que acaba de perder la gobernación de la provincia de Buenos Aires en manos del peronismo, y el reelecto jefe de gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta. En este sentido también es importante los reparos que pueda llegar a poner la Unión Cívica Radical que siendo la otra pata fuerte de la alianza también exige más participación en la conducción. Elisa Carrió, la líder de la Coalición Cívica, que es el tercer partido que constituye la alianza, anunció sorpresivamente su retiro de la política y renunció a su banca de diputada. No obstante, ya compartió que iba a actuar como un actor de veto cuando se trate de ampliar la coalición y vale recalcar que este tipo de acciones imprevisibles no son raras en la ex diputada, y así como se fue puede volver en cualquier momento.

Por el lado del Fdt la potencial tensión interna en diputados está presentada por el abanico de posturas que representa, por un lado, el del líder del Frente Renovador, y muy posible presidente de la cámara baja, Sergio Massa que tiende a ser más mesurado, y los legisladores más radicales que pertenecen a La Cámpora, por el otro. Entre la heterogeneidad hay espacio para que el presidente electo haga pesar toda su larga experiencia en la vida política para actuar como líder moderador.

En el Senado las cosas son distintas. Al ser la cámara que representa a las provincias, tradicionalmente está manejada por el peronismo. En este caso, de las 72 bancas posibles, el FdT ocupa con lo justo la mayoría absoluta al contar con 37 senadores. Como vicepresidenta electa, Cristina Fernández será quien la presida,  y cuenta con una serie de gobernadores como Alicia Kirchner en Santa Cruz o Axel Kicillof en la provincia de Buenos Aires que le son más fieles a su figura. Pero al mismo tiempo hay otra liga de gobernadores peronistas para quienes la selección de Alberto Fernández fue clave para que se unieran al Fdt por sus desencuentros con la expresidenta, como Juan Luis Manzur y Sergio Uñac, de Tucumán y San Juan, respectivamente. Pese a la todas las especulaciones de este tipo, los gobernadores tienden a ser personas pragmáticas a la hora de negociar por razones de financiamiento, aunque en el último reparto de fondos se les ha dado más autonomía.

En una sociedad polarizada como la argentina, iba a ser difícil que el Congreso no se presente de la misma forma. La gran amplitud de las coaliciones es otro rasgo que marcará la asamblea que empezará a sesionar el próximo año. Es de esperar que en un primer momento la mayor parte de las fuerzas políticas se sumen a un acuerdo que el presidente electo Alberto Fernández ya está tejiendo con sectores empresariales y sindicales para que durante los 100 primeros días todos se muestren colaborativos. Construir consensos después de ese lapso será el desafío.