Reseñas

29.09.14

Instrucciones para inventar la rueda. Qué tienen los países que progresan y cómo aplicarlo a Uruguay

El autor va a la profundidad de las experiencias de desarrollo de tres países –Finlandia, Nueva Zelandia y Corea del Sur– para analizar y mostrar el camino que fueron recorriendo para lograr el progreso. Con el análisis de estos países, Albertoni vuelve la mirada a Uruguay e interroga a distintas personalidades del quehacer nacional para conocer cuáles son los caminos que Uruguay debería transitar para lograr el tan mencionado desarrollo.

El investigador uruguayo Nicolás Albertoni ha presentado su segundo libro: "Instrucciones para inventar la rueda. Qué tienen los países que progresan y cómo aplicarlo a Uruguay". Un trabajo que sale a luz en un momento clave para ese país, próximo a elegir un nuevo gobierno para el período 2015-2020 y eso renueva la esperanza de querer plantear algunas reflexiones que puedan reflejarse en Políticas de Estado.

Se trata de una investigación que no nace porque sí. Digamos que es un eslabón más de una cadena que Albertoni se ha propuesto ir construyendo. Este libro fue tomando forma luego de concluir su anterior trabajo en 2011: "Entre el barrio y el mundo. ¿Mercosur o modelo chileno? Dos alternativas para Uruguay" (Taurus, 2011). Allí el foco estuvo puesto en las claves que mostraba Chile para ser uno de los países en la región más próximos a alcanzar el desarrollo económico, especialmente en la política estratégica de apertura al mundo que ese país viene adoptando y cómo ese modelo podría transformarse en una opción para la inserción de Uruguay, que por formar parte del Mercosur no estaba adoptando y, por lo tanto, estaba amputando una posibilidad de crecimiento. Con este trabajo de fondo, y observando la realidad repetitiva en América Latina de querer promover políticas de Estado, Albertoni se propone elevar la mirada para conocer los principales ejes de la rueda del desarrollo y ver qué camino recorrieron otros países, obteniendo resultados positivos y sostenibles en el tiempo.

 

Es así que el autor va a la profundidad de las experiencias de desarrollo de tres países –Finlandia, Nueva Zelandia y Corea del Sur– para analizar y mostrar el camino que fueron recorriendo para lograr el progreso. El estudio de estos países es contextualizado de muy buena manera por el autor, logrando una adecuada descripción de las raíces culturales y de procesos históricos que dejaron huella. Dejando así en evidencia que no existen secretos y tampoco recetas, más bien lo que queda claro es que hay que poner a rodar la rueda. Con el análisis de estos países, el autor, vuelve la mirada a Uruguay e interroga a distintas personalidades del quehacer nacional para conocer cuáles son los caminos que Uruguay debería transitar para lograr el tan mencionado desarrollo. Y quizá, lo más valioso del trabajo es que logra identificar y colocar  sobre la mesa diez puntos que deberían estar en la agenda nacional. Son los diez ejes de la rueda del Uruguay de este tiempo. Es interesante destacar que este modelo de análisis bien se podría adaptar a la realidad de otros países: mirar experiencias internacionales; contrastarlas con la realidad nacional y finalmente concluir con un listado de ideas prioritarias.

Más allá de la amplitud y diversidad de actores que el autor entrevista –mostrando la intención de pluralidad que busca tener el trabajo– hubiera sido interesante escuchar aún más la voz del sistema académico del país. Por ejemplo buscar contestar la pregunta de, ¿cuál es el sentir de las principales universidades del país acerca del camino que debemos transitar de camino al desarrollo? Estos son actores muy importantes, porque tienen la tarea de formar a los futuros profesionales del Uruguay. Sin una educación de calidad, clara y consensuada, el camino hacia el desarrollo se puede trancar.

Más allá del punto anterior, que bien puede ser tomado como una oportunidad para continuar futuras investigaciones, creemos que estamos frente a un trabajo necesario para el país.

La pertinencia de esta investigación transforma a este libro en una gran mesa de debate, que, como insiste el autor, no alcanza con que queden mencionados y todos sepamos cuáles son los temas más trascendentes para el Uruguay. Es necesario iniciar el camino de los acuerdos, de los consensos y de las tan mencionadas Políticas de Estado. Y para ello, es necesario que el país cuente con agentes transformadores que puedan, en primera fila, comenzar a hacer rodar la rueda o como bien subraya Albertoni en el último punto de su libro “transformar desde la acción”. Y para ello, es necesario una actitud de apertura, de reconocer aciertos del otro y de mirar para adelante, sin complejos refundacionales.

Finalmente, podemos decir que este trabajo parecería ser una buena guía para llevar a la realidad esa frase que comúnmente escuchamos de que “la mejor manera de empezar algo es dejar de hablar de ello y empezar a hacerlo”.

Por todo lo señalado antes, podemos concluir que Albertoni en su último libro nos hace reflexionar sobre un rumbo posible que, como él bien dice, no es un punto final sino más bien el principio de un camino que debemos construir entre todos. No resta más que decir al autor: ¡Gracias por este aporte!

Manuel Martínez Arteaga es Licenciado en Negocios Internacionales e Integración, Universidad Católica del Uruguay (manuel.martinez@correo.ucu.edu.uy)