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11.11.16

La hoja de ruta del trumpismo

¿Los jefes de Estado latinoamericanos tenían un Plan B para las elecciones estadounidenses? Porque las perspectivas no son la mejores para ciudadanos y países al sur del Río Bravo.
Por Hugo Machín Fajardo

Sigue vigente la hoja de ruta expuesta el 21 de julio por Donald Trump luego de obtener casi 14 millones de votos para la nominación republicana que le permitió competir y arrasar en la contienda por los electores el 8 de noviembre.

El muro fronterizo con México. Constituye la principal y más grave medida anunciada contra un país latinoamericano. “Vamos a construir un gran muro en la frontera para detener la inmigración ilegal, para detener las bandas y la violencia, y para evitar que las drogas lleguen a nuestras comunidades”.

El costo de esa construcción, estimado entre 12 y 20 mil millones de dólares, debería ser asumido por el gobierno mexicano según el presidente electo. “No hagan negocios con México […] México está robando totalmente a los Estados Unidos”, tuiteó.

(…) Debemos suspender de inmediato la inmigración” (…) Décadas de niveles históricos de inmigración han resultado en salarios más bajos y mayor desempleo para nuestros  ciudadanos, especialmente para los trabajadores afroamericanos e hispanos (…) Cerca de 180 mil inmigrantes ilegales con antecedentes penales, con órdenes de deportación de nuestro país, están esta noche vagando libres y son una amenaza para los ciudadanos pacíficos”.

Anunció la deportación “de 11 millones de inmigrantes indocumentados” que en el imaginario colectivo de muchos norteamericanos quedaron unificados con “los millones de criminales” que, según él, residen en EE.UU.

Las promesas electorales de Trump ya hicieron daño a México y a los mexicanos, según el ex rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Ramón de la Fuente, quien en setiembre alertó sobre un problema real: "haber sembrado ese odio en contra de los mexicanos está teniendo consecuencias graves". En el norte de Texas, contó, ya hay hostigamiento, amenazas y ataques en contra de los estudiantes de origen hispano.

Adam Isacson, de la Oficina de Washington para Asuntos Latinoamericanos (Wola), dijo el jueves 10 a “El Tiempo”, de Bogotá, que Trump quizás no deporte a 11 millones de personas sin papeles, pero sí que va a haber una ola de deportaciones “de varios millones de personas” que generarán familias divididas y efectos humanitarios graves.

Isacson puso en duda que Trump pueda llevar a cabo en su totalidad lo prometido en materia antimigratoria, pero está seguro que va a “empoderar como nunca los que tienen odios, como los racistas blancos”.

TLC. “Voy a convertir nuestros malos acuerdos comerciales en excelentes acuerdos comerciales. Estados Unidas ha perdido casi un tercio de sus empleos en el sector manufacturero desde 1997, tras la promulgación de los desastrosos acuerdos comerciales apoyados por Bill y Hilary Clinton”.

El NAFTA, entre Canadá, EEUU y México, vigente desde 1994, así como el ingreso de China a la Organización Mundial de Comercio han sido “colosales errores” que Trump prometió enmendar: “Nuestros terribles acuerdos comerciales con China y muchos otros serán completamente renegociados”.

El Acuerdo Estratégico Transpacífico de Asociación Económica (TPP), “no solo va a destruir nuestro sector manufacturero, sino que subordinará Estados Unidos a las decisiones de gobiernos extranjeros, y ¡esto no va a pasar!”.

El TPP en el que participan Chile, México y Perú “no pasará”, adelantó el jueves 10 el presidente del BID, el colombiano Luis A. Moreno.

Los TLC también habían sido criticados por Bernie Sanders durante las primarias en estados en los que a la postre ganó Trump.

EE.UU mantiene TLC con Chile, Colombia, República Dominicana y Perú

“En su lugar voy a llegar a acuerdos individuales con los diferentes países (…) Vamos a corregir todas las contravenciones comerciales, incluso mediante el uso  de impuestos y aranceles, contra cualquier país que haga trampas. Esto incluye detener el robo escandaloso por parte de China de propiedad intelectual, junto con su dumping ilegal  de productos, y su devastadora manipulación de la moneda”.

Las críticas anteriores permitían a Trump concluir en que reactivará la industria nacional e imprimirá un empuje masivo a la infraestructura estadounidense: “Diseñaré reformas para crear millones de nuevos puestos de trabajo y billones de nueva riqueza (…) Nadie conoce el sistema mejor que yo, por eso soy el único que puede arreglarlo”.

Aunque para sustentar su promesa electoral incurriera en falsedades: “Nuestras carreteras y puentes se hacen pedazos, nuestros aeropuertos están en condiciones tercermundistas (…) El 61% de nuestros puentes están en peligro”, sostuvo cuando la realidad según la Administración Federal de Autopistas es que un 24% de los puentes son “deficientes”.

Drogas. En cuatro estados se aprobó el martes 8 el uso de la marihuana recreacional. Y en prácticamente el resto de los estados se utiliza la marihuana medicinal. Esta realidad es un obstáculo a la promesa de Trump de combatir las drogas pero también abre otra interrogante: ¿En qué situación quedan los países latinoamericanos productores de la hierba? ¿Podrán vendérsela a esos estados que son un gran mercado como el estado de California?

La mayoría en las dos cámaras norteamericanas es republicana: 52 a 48 en Senado y 238 a 193 en Representantes. Los jefes del Partido Republicano habían declarado su no apoyo a Trump. El expresidente George W. Bush no votó por él. Habrá que ver si la institucionalidad en la que obviamente intervienen los legisladores demócratas se impone al gerente empresarial.

Por otra parte, Moreno no cree que vaya a haber “muchísimo interés” de Trump en Latinoamérica.