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05.10.16

¿Seras mi margarita?

(7 Miradas) Lo que ella deberá indagar con mucha profundidad no es solo quien puede ganar la elección, sino quién le podrá pagar mejor políticamente por sus servicios prestados, y a dónde se van sus votos naturalmente. Si ella cree que sus electores son más pro oficialistas y reniegan de cualquier asociación con peronistas, Vidal tiene la llave. Pero si sus votantes tienden a ser críticos, la puerta Massa es la más auspiciosa.
Por Carlos Fara

(7 Miradas) Todo el mundo habla de ella y quiere sacarse una foto. Es la niña bonita. Pero ¿qué hará Margarita Stolbizer el año que viene? Todo una incógnita… hasta para ella misma.

Empecemos por lo más elemental: su estado en la opinión pública, obviamente tiene a esta altura un alto nivel de conocimiento. Con buena imagen positiva, por encima de otras figuras como Carrió, Michetti. Pero a diferencia de estas 2, con un superávit que la diputada y la vicepresidenta no poseen, por diversas razones. Este no es un dato menor, porque entre los 11 principales dirigentes nacionales, solo 3 poseen más aprobación que rechazo: Massa, Vidal y Margarita.

En otro plano, la líder del GEN incrementa sus positivos en el interior de la provincia de Buenos Aires, comparado con el GBA. Esto se debe a la matriz cultural radical, sobre todo de las seccionales electorales 5ta. y 6ta. que siempre le han dado un piso interesante. Esto, en función de un panorama fragmentado, puede ser un capital fundamental.

Muchos se preguntan cómo hizo ella para recuperarse del raquítico 3 % que obtuvo el año pasado en la primera vuelta electoral, y teniendo en cuenta que ya no es una figura nueva, sino que ha estado presente en casi todas las contiendas desde la crisis de 2001.

La explicación se la debe buscar en las actitudes que ha tomado la diputada en este nuevo escenario signado por Macri. Por un lado, ella forma parte de las terceras opciones, junto con Massa (con quien se saca todas las fotos que puede). En segundo lugar, su actitud constructiva con el nuevo oficialismo, y fuertemente crítica con CFK. En tercer término, el desgaste prematuro que tuvo el gobierno, ha hecho que quede vacante un público sustancial que reflexiona “yo quería el cambio, pero no así”: dado que es un segmento no K, mira paradas intermedias como ella y el tigrense.

Pero el punto es: ¿qué va a hacer el año que viene, una vez que se terminen los tiempos del coqueteo? Es notable cómo en los últimos meses se ha instalado en el mundo de la política la siguiente observación: “va a hacer lo que le convenga, es más viva de lo que todos piensan”. Y así es: su capacidad de cálculo político está superando lo esperable.

Stolbizer seguirá en este minué al menos hasta abril del año próximo, cuando las encuestas empiecen a dar más certezas sobre el panorama electoral. Ahí se sabrá cómo está el gobierno, si Massa mantiene su competitividad, y qué ánimo mayoritario hay en la sociedad: apoyo, advertencia o castigo. Cualquier definición prematura la convertirá en una mercadería de bajo precio al día siguiente.

Lo que difícilmente ocurra es que vaya sola una vez más, ya que por ausencia de estructura y recursos corre el riesgo de salir cuarta, y todo el intangible acumulado hasta acá no habrá servido para nada. Ergo, tiene 2 opciones: o va con Massa, o con Cambiemos.

Lo que ella deberá indagar con mucha profundidad no es solo quien puede ganar la elección, sino quién le podrá pagar mejor políticamente por sus servicios prestados, y a dónde se van sus votos naturalmente. Si ella cree que sus electores son más pro oficialistas y reniegan de cualquier asociación con peronistas, Vidal tiene la llave. Pero si sus votantes tienden a ser críticos, la puerta Massa es la más auspiciosa.

Todo este análisis es válido en la medida que 1) ella sepa mantener o incrementar su capital en la opinión pública, y 2) el escenario no se defina prematuramente a favor del gobierno o de Massa. Su negocio es la paridad y la incertidumbre.

Fuente: 7 Miradas (Buenos Aires, Argentina)