Rankings

08.05.18

Índice mundial de Libertad de prensa 2018

Noruega y Suecia ocupan el primer y el segundo lugar, respectivamente, seguidos por Holanda y Finlandia. Corea del Norte sigue siendo el último país del ranking. Cuba es el peor país de América Latina por lo que se refiere a la libertad de expresión y de prensa.

El 3 de mayo, fecha que recuerda la instauración de la Declaración de Windhoek sobre libertad de ejercicio del periodismo, se conmemoró el Día Mundial de la Libertad de Prensa, iniciativa creada por las Naciones Unidas. ¿Cuál es la situación que viven hoy en día los periodistas y los medios de comunicación en el mundo?

Muchas organizaciones de derechos humanos que se enfocan en el derecho a la libertad de expresión en los últimos años han denunciado un preocupante clima de odio hacia los periodistas y un aumento de la hostilidad hacia los medios de comunicación.

Reporteros sin Fronteras en el último Índice Mundial de Libertad de Prensa, publicado en abril 2018, ha analizado el nivel de libertad de los medios en 180 países, utilizando variables como: el nivel de pluralismo, independencia de los medios, el medio ambiente y la autocensura, el marco legal, la transparencia y la calidad de la infraestructura que admite la producción de noticias e información.

“Desencadenar el odio hacia los periodistas es una de las peores amenazas para las democracias”, dijo el secretario general de Reporteros Sin Fronteras (RSF), Christophe Deloire. El Índice Mundial de Libertad de Prensa, evidencia un preocupante aumento de la hostilidad contra los medios de comunicación, tanto en países democráticos como autoritarios. 

Como en el año pasado, Noruega y Suecia ocupan respectivamente el primero y el segundo lugar, seguidos por Holanda y Finlandia.

Los países de Europa del Norte, aunque sigan respetando la libertad de prensa y de expresión, han evidenciado una disminución general. Particular es el caso de Finlandia que cayó en la cuarta posición, socavada por un caso que amenaza la confidencialidad de las fuentes periodísticas.

Por el contrario, Corea del Norte sigue siendo el último país del ranking. Kim Jong-un sigue manipulando toda la información transmitida por periódicos y televisión. Los norcoreanos pueden ser enviados a campos de concentración por el hecho de ver, leer o escuchar contenido proporcionado por un medio de comunicación extranjero. Sin embargo, la autoridades norcoreanas, aunque sigan ejerciendo un control meticuloso, están permitiendo que más reporteros extranjeros cubran eventos oficiales.

Según el Índice, Europa ha evidenciado el peor deterioro: los líderes políticos son cada vez más fuente de ataques verbales y de hostigamiento hacia los periodistas. Por ejemplo, el presidente de la República Checa, Milos Zeman, apareció con un kalashnikov falso declarando que era “para los periodistas”. En Hungría, el primer ministro Viktor Orbán acusó al filántropo estadounidense George Soros de apoyar a los medios de comunicación independientes para "desacreditar" a Hungría a los ojos del público internacional. Francia se encuentra en la posición 33 del ranking. Durante la campaña electoral de 2017, los ataques a los medios de comunicación y a los periodistas fueron muy fuertes y constantes. Italia se posiciona en el puesto 46 y allí 10 periodistas actualmente viven bajo escolta debido a amenazas de muerte por parte de la mafia, de los grupos anárquicos o fundamentalistas. El odio y el hostigamiento es preocupante y creciente sobretodo en el sur del país.

Finalmente, Europa fue sacudida por dos asesinatos de periodistas en el espacio de cinco meses, el primero en Malta y el segundo en Eslovaquia, que han coronado un descenso preocupante para las democracias del continente.

El continente americano presenta situaciones muy diferentes entre sí: por un lado Canadá y Estados Unidos evidencian niveles medio altos en relación a la libertad de expresión, aunque se destacan algunas particularidades.

Estados Unidos, que cayó a la posición 45, se caracteriza por un constante aumento de los desafíos para los periodistas de poder ejercer libremente su profesión. En contraste, Canadá ganó 4 lugares debido a las medidas tomadas para salvaguardar la confidencialidad de las fuentes de los periodistas.

Por su parte, América Latina muestra una ligera mejoría general por lo que se refiere a la libertad de prensa. Sin embargo, este resultado no debe desviar la atención de los continuos problemas de violencia, impunidad y políticas autoritarias hacia los periodistas en muchos países.

Costa Rica se posicionó en el décimo lugar, gracias a legislaciones fuertes que tutelan la libertad de expresión. Sin embargo, la violencia y la impunidad continúan alimentando el miedo y la autocensura en América Central.

México, en el 147° lugar, se convirtió en el segundo país más mortal del mundo para periodistas en 2017, con 11 muertos. Junto a México, en El Salvador, Guatemala y Honduras, los reporteros de investigación, especialmente los que cubren el crimen organizado y la corrupción, son constantemente sujetos a amenazas, intimidación y violencia física y, en muchas ocasiones a muerte o desapariciones.

Aunque los gobiernos nacionales hayan intentado proteger a los periodistas con leyes específicas, como en el caso de Honduras y México, estas medidas se han vuelto ineficaces.

Venezuela ha caído al puesto 143° debido a los excesos autoritarios del presidente Nicolás Maduro y su gobierno en el último año.

En Argentina, posición 52, la guerra entre el gobierno y los medios que marcó los años de Kirchner se ha aliviado desde la presidencia de Mauricio Macri. Cabe destacar, sin embargo, que todavía es frecuente que los medios de comunicación considerados demasiado críticos suelan ser objetivos de demandas civiles por difamación.

Cuba, que se encuentra en la posición 172, es el peor país de América Latina por lo que se refiere a la libertad de expresión y de prensa. El gobierno mantiene el monopolio sobre cualquier tipo de información y la Constitución prohíbe la creación de medios de comunicación privados e independientes, ya que son considerados como “contrarrevolucionarios”.

África, aunque se clasifique en la tercera posición del ranking por región geográfica, es un continente muy peligroso para los periodistas y para la información libre.

Cortes de internet, censura y detenciones arbitrarias son las medidas más utilizadas para controlar la información. Mauritania sufrió la mayor caída de la región después de adoptar una ley según la cual la blasfemia y la apostasía se castigan con la muerte, incluso si el acusado se arrepiente. La libertad de prensa es inexistente en Eritrea, que se clasificó como penúltimo, en Djibouti, Burundi y Somalia, en donde cuatro periodistas fueron asesinados en ataques terroristas en 2017.

Las democracias de la región de Asia y el Pacífico, luchan por defender sus modelos contra una China que descaradamente exporta sus métodos para silenciar todas las críticas.

China se encuentra en la 176° posición, debido a las medidas restrictivas impuestas por el gobierno de Xi Jimping. Censura y vigilancia son utilizadas para controlar el flujo de informaciones: los ciudadanos comunes corren el riesgo de ser detenidos por compartir contenidos no oficialistas en sus redes sociales. Más de 50 periodistas profesionales y no profesionales se encuentran actualmente detenidos en China, muchos de ellos víctimas de maltrato y falta de atención médica que representa una amenaza para sus vidas.

Camboya parece inclinada a seguir el mismo camino que China después de cerrar decenas de medios independientes.

La caída más relevante de la región es la de Myanmar: el gobierno dirigido por Aung San Suu Kyi perdió toda la credibilidad en materia de tutela de derechos humanos, y en particular de la libertad de expresión. Las peores violaciones ocurrieron después del comienzo de la crisis de los Rohingya en agosto de 2017.  Dos periodistas de Reuters que intentaron investigar siguen en prisión. Además aumentó el proceso de autocensura de los medios de información, ya que cualquier periodista que tenga un discurso diferente del oficialista budista es sometido a un acoso verbal violento.

Los países del bloque euroasiático se encuentran casi todos entre la posición 140 y 160 del ranking. Turquía, 157°, utilizó el fallido golpe de estado de 2016 para cerrar docenas de medios de comunicación, arrestar a periodistas profesionales y controlar la información que circula en la web.

En Rusia la libertad de prensa está profundamente comprometida. La represión de los medios de información independientes aumentó desde el regreso de Vladimir Putin al Kremlin en 2012. Los canales de televisión transmiten constantemente discursos de propaganda estatal y el clima para los periodistas independientes se hace más difícil. Actualmente, al menos cinco periodistas están detenidos con la acusación de ser “agentes extranjeros”. Los asesinatos y los ataques físicos contra periodistas siguen sin ser castigados.

La Región África del Norte y Medio Oriente es sin duda la más peligrosa y más difícil para los periodistas, debido a los conflictos, tanto armados como políticos, a las acusaciones de terrorismo y a la creciente vigilancia y censura.

Siria, en la posición 177 sigue siendo uno de los países más peligrosos del mundo: 13 periodistas asesinados en 2017 y más de 40 se encuentran detenidos, secuestrados o desaparecidos. Sus periodistas continúan huyendo al exterior y vastas áreas se han convertido en agujeros negros de los que no se desprenden noticias.