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27.09.24

El estado global y regional de la libertad de prensa

Eritrea ocupa el último lugar, descendiendo desde el puesto 174 del año anterior, en el Índice de Libertad de Prensa que elabora Reporteros Sin Fronteras. Los tres países de la región con el peor desempeño en libertad de prensa están bajo regímenes autocráticos: Cuba (puesto 168), Nicaragua (163) y Venezuela (156). Los observadores están preocupados por las actitudes hostiles hacia la prensa por parte de varios líderes de la región, como Javier Milei en Argentina, Nayib Bukele en El Salvador y Andrés Manuel López Obrador en México.

Hasta septiembre de 2024, unos 49 periodistas y trabajadores de medios de comunicación han sido asesinados en el mundo. Una estadística alarmante que se debe, en gran parte, a la guerra en Gaza, responsable de la muerte de 39 periodistas este año, de acuerdo al Comité para la Protección de los Periodistas. Recientemente, en Venezuela, los ataques a la prensa han aumentado tras las elecciones del 28 de julio, lo que ha resultado en la detención de 10 periodistas bajo cargos de “terrorismo”, según informa Voz de América. Estos sucesos, junto con otros ataques a nivel mundial, dibujan un panorama sombrío para la libertad de prensa en 2024.

La organización francesa Reporteros sin Fronteras evalúa la situación global de la libertad periodística a través de su Índice de Libertad de Prensa, creado en 2002. El análisis se basa en factores políticos, económicos, socioculturales y de seguridad. Por ejemplo, para evaluar el contexto político, el índice mide cuánto apoyo recibe la libertad de prensa en comparación a las presiones políticas que enfrenta, la aprobación otorgada a medios independientes y críticos, y el apoyo que reciben los medios en su labor de prevenir la impunidad de personas poderosas. El indicador económico considera los obstáculos a la prensa derivados de políticas gubernamentales, así como de decisiones tomadas por actores no estatales y propietarios de medios. El análisis también destaca las limitaciones socioculturales, como las basadas en discriminación o en normas culturales, y finalmente evalúa la seguridad física y psicológica de los periodistas.

Los países escandinavos encabezan el índice, con Noruega, Dinamarca y Suecia en los tres primeros lugares. Finlandia ocupa la quinta posición, superada por los Países Bajos, en cuarto lugar. Los países fuera de Europa que forman parte de los 20 principales con mayor puntuación son Canadá (en la posición 14), Nueva Zelanda (en la 19) y Timor Oriental (en la 20). En comparación con el año pasado, ha habido variaciones entre los países líderes en libertad de prensa. Por ejemplo, Irlanda ha descendido significativamente de la segunda posición a la octava tras la intimidación judicial contra la prensa por parte de partidos políticos. Alemania ha escalado en el índice 11 puestos, hasta el décimo lugar, gracias a mejoras en las categorías sociocultural y de seguridad.

En el otro extremo del índice, Eritrea ocupa el último lugar, descendiendo desde el puesto 174 del año anterior. Bajo la dictadura de Isaias Afwerki, el país africano carece completamente de libertad de prensa y cuenta con los periodistas detenidos por más tiempo a nivel mundial. Eritrea es seguida por Siria, Afganistán, Corea del Norte e Irán, países también bajo regímenes autoritarios.

En términos regionales, el desempeño más bajo en libertad de prensa se encuentra en el Norte de África y el Medio Oriente. La región está devastada por la guerra, lo cual se refleja en sus niveles de libertad periodística. El conflicto palestino-israelí ha convertido a Palestina en el país más peligroso de la región para ser periodista, mientras que en el Líbano pesa sobre las fuerzas israelíes la responsabilidad de la muerte de tres periodistas. La guerra civil en Sudán también ha sido perjudicial para la seguridad periodística, mientras los periodistas sirios viven con miedo a represalias tanto dentro como fuera del país.

América Latina, también ha visto caídas significativas en la escala, particularmente debido al contexto político de la región. Se ha vuelto una práctica común que los políticos ataquen a los periodistas, utilizando el poder judicial y la propaganda gubernamental, fomentando un clima de desconfianza contra la prensa.

Los tres países de la región con el peor desempeño en libertad de prensa están bajo regímenes autocráticos: Cuba (puesto 168), Nicaragua (163) y Venezuela (156). En Cuba la prensa privada sigue siendo anticonstitucional, mientras en Nicaragua, los medios independientes operan principalmente en el exilio debido a las amenazas. En Venezuela los medios no oficialistas son bloqueados en internet, con medidas legislativas usadas para perseguir y encarcelar a periodistas.

Los observadores están preocupados por las actitudes hostiles hacia la prensa por parte de varios líderes de la región, como Javier Milei en Argentina, Nayib Bukele en El Salvador y Andrés Manuel López Obrador en México. México, además, sigue siendo uno de los países más peligrosos del mundo para los periodistas debido a las represalias violentas de grupos criminales contra el periodismo de investigación, una situación similar a la que enfrenta Colombia.

A pesar de estos retrocesos, varios países de la región han recibido evaluaciones positivas. Chile subió 31 posiciones en el índice, y en Brasil las relaciones entre la prensa y el gobierno han mejorado bajo el mando de Lula da Silva. Costa Rica se mantiene como el país mejor posicionado de la región, en el puesto 26, debido a su sólida legislación para la autonomía de los medios. Sin embargo, ha caído tres puestos respecto al año pasado debido a ataques verbales de funcionarios hacia ciertos miembros de la prensa.

En Norteamérica, Estados Unidos ha bajado 10 puestos, situándose en la posición 55. Esto se debe en parte a la creciente desconfianza pública hacia los medios, provocada por ataques de figuras políticas prominentes. Por su parte, Canadá sigue comprometido con la defensa de la libertad de prensa.

En Europa, el clima de libertad mediática varía significativamente. Como se mencionó anteriormente, 17 de los 20 primeros países del índice son países europeos. Sin embargo, es imposible ignorar el impacto del Kremlin en el continente. Dentro de Rusia, el periodismo independiente está prohibido, una medida que se intensificó tras la invasión de Ucrania en febrero de 2022. A lo largo de Europa, líderes prorrusos como Viktor Orbán en Hungría y Robert Fico en Eslovaquia contribuyen al clima hostil contra los medios.

Asia Central también ha sido testigo de la influencia de Rusia contra la libertad de prensa, como se observa en Georgia, un país que ha descendido 26 posiciones desde el año pasado, y en Bielorrusia, donde 400 periodistas se han visto obligados al exilio.

En Asia Pacífico, China mantiene una posición perjudicial contra la libertad de prensa, siendo el mayor encarcelador de periodistas del mundo. Es más, los países autócratas de la región tienden a detener en masa a trabajadores de medios de comunicación, como se ve en Vietnam, Camboya y Myanmar. Sin embargo, el aumento en el diálogo sobre la libertad de prensa ha permitido que Tailandia suba del puesto 106 en 2023 al 87. Otros países, como Nepal (puesto 74) y Taiwán (puesto 27), han mejorado significativamente su rendimiento.

En África, las elecciones han servido como excusa para que los líderes políticos atenten contra el periodismo, utilizando tácticas como la desinformación, apagones de internet y la expulsión de la prensa extranjera, como se ha visto en Guinea, Zimbabue y Gabón. En Togo, los ataques a la prensa durante las elecciones legislativas han obligado a muchos periodistas a autocensurarse por miedo a represalias. La expulsión de la prensa extranjera también ha sido una tendencia en el Sahel, observada en Níger, Burkina Faso y Malí. Sin embargo, el desempeño de Tanzania trae buenas noticias, ya que bajo el liderazgo de Samia Suluhu Hassan el país ha subido del puesto 143 al 97. Asimismo, Mauritania ha escalado 53 posiciones, debido a las reformas que buscan profesionalizar el periodismo implementadas por el presidente Mohamed Ould Ghazouani.

El Índice Mundial de Libertad de Prensa muestra que, en 2024, el panorama global de la libertad de prensa ha experimentado algunas tendencias preocupantes, particularmente en lo que respecta al indicador político. Mundialmente, actores políticos y funcionarios gubernamentales persiguen directamente a periodistas y medios de comunicación, o intentan minar la confianza de los ciudadanos en los medios a través de ataques verbales y la difusión de desinformación. Por ende, Reporteros sin Fronteras concluye que el apoyo a la libertad de prensa ha disminuido a nivel mundial.